Cuando me adentré por estos lares y empecé a conocer a gente, gente con todo tipo de gustos y fetiches, una de las cosas que más me gustó del mundillo es la apertura mental que te encuentras en este ambiente.
Lugares donde puedes relacionarte desde otro estado diferente a como lo haces en tu día a día. Obviamente te encuentras de todo y no casas igual con todas las personas y eso pasa en este mundo y en el vainilla. Mi experiencia hasta el momento ha sido más positiva que negativa. Al final te quedas cerca de la gente con la que vibras en la misma sintonía.
Algo que tenía claro no, clarísimo desde el primer día que pisé un local es que no iba a poner el culo. Una persona cercana a mí que por aquel entonces nos estábamos conociendo, cuando se lo dije me respondió que eso ya lo había oído otras veces y que al final esas chicas también spankees o sumisas terminaban poniéndolo aunque de entrada dijeran que no. A lo que le respondí que aunque podía cambiar de opinión en otras cuestiones, en relación a este tema era un no rotundo por muchas cuestiones que os comentaré más adelante.
Respeto mucho a las personas que son diferentes a mí y se exponen en las fiestas o eventos, además muchas de ellas son amigas mías y a las que quiero un montón, con lo cual ni lo critico ni lo juzgo, nada más lejos de mi intención. Sólo me apetece contar mi visión y el porqué no lo hago.
Hay personas que si no me conocen se sorprenden de que una spankee no ponga el culo en las fiestas, porque parece que lo 'normal' es ponerlo, jajaaa lo que pasa es que yo no soy muy normal que digamos, suelo salir de la norma y de los patrones y me muevo por libre. También es verdad que aunque haya personas que se sorprendan así de entrada nunca me he sentido juzgada, la verdad.
Para mí poner el culo conlleva a exteriorizar mi parte más íntima y sexual que no me gusta compartir con otras miradas que no sea la de mi pareja, compañero de juegos, amigo íntimo o especial o como lo queráis llamar.
Para mí los azotes en el culo lo son todo, es una manera de relacionarme donde se traspasa la frontera de la vía pública a la vida privada y que sólo lo hago con esa persona. Es mostrar mi vulnerabilidad a flor de piel, es una apertura total en mi máxima expresión a nivel emocional y no tengo ninguna intención de mostrarlo.
Poner el culo sería perder mi intimidad, sería como quitar importancia a lo que realmente sí lo tiene para mí. Sería como ir en contra de mis principios y de mi integridad, como violarme a mí misma en cierto modo y perderme el respeto.
Conclusión:
No pongo el culo porque para mí una azotaina traspasa la barrera de ser algo 'sólo divertido', va más allá de recibir unos simples azotes, de un jiji y un jaja (dicho con cariño) en un ambiente fiestero. Y por supuestísimo mi culo no se lo dejo a cualquiera, soy una persona selectiva y mi culo es de uso 'exclusivo'.