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martes, 29 de octubre de 2019

El nuevo apartamento (Relato) - 1ª parte -


Autor: Santiago


Mi chica vive en la capital y yo en provincia y nos juntamos cuando podemos  cuando yo por trabajo paso más tiempo en la ciudad. Ella vive en un piso compartido y en la última visita que tuvimos me hizo un comentario.
  • Sabes? he pensado en cambiar de piso, una amiga me comentó que su hermana va a dejar un estudio pequeñito y coqueto y lo pone en alquiler, la semana próxima lo iré a ver.
  • Ahhh, pues me parece genial, sino es muy caro siempre es mejor tener tu propio espacio.
No seguimos con la conversación y la cosa se quedó en eso. 
En la semana siguiente lo retomó en una conversación telefónica.
  • Hola ratoncito! (así me llamaba), fui a ver el estudio que te comenté la semana pasada. Es muy chulo, pequeñito pero suficiente para mí, está muy bien de precio y ya concreté que me lo quedo. El día 1 entro en él. La dueña me comentó que quería pintarlo, pero le hice la oferta que no me cobre el primer mes y yo me encargo de pintarlo.
  • jajajaaaa quién te verá a ti de pintora jajaja
  • No, no. será quién ''nos'' verá de pintores, cuento contigo para que me ayudes y así le damos el toque personal que queramos.
  • Nena, yo de manualidades ya sabes que lo justo.
  • Pues nada, te miras unos tutoriales en internet y así aprendes.
  • jajaja tu siempre tienes salida para todo.
  • Como tienes que venir la semana próxima y te quedas el finde lo podemos hacer entre el sábado y domingo.
  • Bueno, ya veremos.
  • No ya está visto, cuento contigo, que luego me riñes diciendo que nunca cuento contigo para algunas cosas, el viernes vamos a por la pintura y el sábado nos ponemos a ello.
Llegó la semana que teníamos concretada. El viernes después de dar por finalizada la semana laboral nos encaminamos a la tienda de pintura para comprar lo necesario.

Pintura, aguarrás, tintes, cinta para recortar, brocha, pinceles, rodillo. Yo lo tenía todo apuntado porque aunque no dije nada, hice los deberes y me vi unos cuantos tutoriales en internet. Casi al final y ya con todo comprado vi dos maniquís portando el clásico mono blanco de pintor.
  • Mira bichito, tienes que estar preciosa con ese traje de pintor.
  • Que caprichoso eres, con algo de ropa vieja nos sirve, que no nos vamos a dedicar a ser pintores es sólo para el estudio.
  • Venga va, que además me apetece mucho verte ''uniformada''
Pedí un par de monos y nos metimos juntos en el probador, el mío quedaba perfecto de talla pero el suyo era un poquito más grande, así que se lo quitó quedándose sólo en ropa interior y yo salí a buscar otro de una talla menor. Apenas tardé dos minutos y regresé.
  • Joooo cuanto tardaste, me estaba quedando helada aquí semi-desnuda.
  • Uuuuuhhhhmmm, que quieres que te de calor?? -acercándome a ella y haciendo que su cuerpo se pegara al mío.-
  • Sí claro, lo que me faltaba que te pongas a jugar aquí, me calientes y luego me dejes con el calentón a medias, como siempre...
Tiré de ella con fuerza, quedó pegada a mí y de puntillas, una de mis manos se estampó en su semi-desnudo trasero Plassssssss
  • Ahhhgggg eres tonto? porqué me das?
  • Porque eres mía, no te acuerdas? y si tienes frío lo mejor es que entres en calor, plassss, no sea que te constipes, plassss, y luego me toca pintar a mi sólo. plasssss
Mis labios se fundieron con los suyos en un beso apasionado y mis manos agarraron sus pechos, para dejarme caer sobre la silla y ella encima.
  • Venga va, dejame, que ya entré en calor, voy a probarme este estúpido mono que se te ha encaprichado.
  • Uhhhmmm te queda perfecto, mira como se marcan los pechitos, y este culo tan fantástico que me vuelve loco, se dibuja perfecto bajo la tela. Plasssss
  • Que tonto eres, tú con tal de sobarme y calentarme lo arreglas todo.
Seguimos un rato de toqueteo y juego en el probador hasta que decidimos cambiarnos y salir. Ya en casa descargamos todo, nos pusimos a recoger los muebles y cubrirlos y con la cinta protectora ir cubriendo los marcos de puertas, esquinas y bordes para dejar preparado y empezar el sábado a primera hora.

La mañana empezó movidita, yo tengo que reconocer que los inicios de día me cuestan un poco, vamos que soy lento y la pereza me cuesta vencerla. Ella se levantó espitosa, preparó el desayuno y empezó a incordiar para que me levantara yo.
  • Venga va, perezoso, que se nos va la mañana, ya son más de las 10:00.
  • vaaaaaaaaa, dejame un poco más que tengo sueño.
  • Pues eso te pasa por acostarte tan tarde, ya te lo dije anoche.
  • ¡Calla! pesada!!!!
  • Venga que se enfría.
A regañadientes me levanté y desayuné para coger fuerzas y afrontar el día que tenía por delante.

El primer punto de controversia surgió de inmediato, ella quería utilizar el tinte para sacar el color que quería para una pared y mi sugerencia era que se necesitaba una mano inicial uniforme de blanco.

La idea era pintar 3 paredes en blanco-roto y la principal en un marrón chocolate. Yo intentaba transmitir lo que los tutoriales me indicaron y ella no hacía caso, tenía su propio criterio y era bastante diferente a mis indicaciones. Después de un largo zafarrancho dialéctico me planté. Me senté en una silla y a ella sobre mi regazo para un diálogo tranquilo.
  • Vamos a ver, como tenemos criterios dispares, no quiero discutir, tu haces estas dos paredes y yo estas otras dos, tú a tu forma y yo a la mía y así todos contentos., porque lo veo venir, si seguimos así voy a terminar por tumbarte sobre mis rodillas y te ganas una zurra que no paro hasta que estés convencida de seguir las instrucciones correctas.
  • mmm vale, me parece perfecto, luego ya veremos el resultado y comparamos.
Tras llegar a este acuerdo, cada uno nos pusimos con nuestra parte. La mañana avanzaba y poco a poco la habitación tomaba forma.

En un momento dado ella estaba de rodillas en el suelo, muy inclinada intentando pasar con mimo unas esquinas, su cuerpo inclinado y espalda arqueada hacía resaltar en todo su esplendor ese culazo que me transtorna. Ni corto ni perezoso metí una mano directamente en el cubo de pintura y me acerqué a ella para soltarla sin avisar un fuertísimo azote y así dejar mi mano completamente dibujado en su trasero, Plasssssssssss.
  • Ahhhggg, que te pasa? eres imbécil o qué? mira lo que me hiciste, me salí de la línea.
  • Jajaja, tenías la postura ideal para dejarte mi mano bien marcada en tu culo, jejeje, mírate, te queda ideal los cinco dedos bien marcados en el mono, anda sigue que te haré una foto para recordar este instante.
Un rato más tarde, me tomé un descanso para tomarme un cafetín, la imagen de ella era sublime, de pie con el rodillo arriba y abajo y uno de los carrillos de su culo marcado con el azote del rato anterior. La sola imagen me calentó un montón, así que esta vez, me levanté, metí las dos manos en la pintura y me acerqué por su espalda, mis brazos rodearon su cintura, sin juntar la manos que subitamente se apoderaron de sus pechos para dejar bien marcadas toda su aureola en el blanco del mono.
  • Pero que haces? No puedes estar a lo tuyo y dejarme trabajar??? Mira como me has puesto!!!!!
  • Estas preciosa así, y esa mano marcada en tu culo me está poniendo malo...
  • Pues culpa tuya es, lávate estas manos que lo estás poniendo todo perdido.
La solté y dirigí al baño para quitar la pintura de mis manos, al rato regresé y de nuevo me coloqué a su espalda. Esta vez intentaba deslizar la cremallera de su buzo.
  • Pero te quieres estar quieto de una vez???
  • No estás siguiendo un poco uniforme con el rodillo, te van a quedar las marcas de los bordes. -mientras mis manos se abrían camino y jugueteaban con sus pechitos- tomate un descanso y deja que repose la pintura.
  • Porque no te pones con tu cacho y me dejas en paz? así no vamos a terminar nunca.
Mis manos fueron descendiendo, su espalda pegada a mi pecho y los movimientos del rodillo perdían ritmo e intensidad.

Mi mano derecha que buscaba su rincón más íntimo se topó con la fina tela de sus bragas, que no fueron inconveniente para que mis ágiles dedos la traspasara para toparse con su vulva que si bien no estaba demasiado húmeda, no tardaría mucho en cambiarlo gracias a la fricción de su botón mágico con los dedos juguetones que lo friccionaba.

En apenas un par de minutos su respiración cambió, soltó el rodillo y sus manos se alzaron para agarrarse a mi cuello, con la intención de arquear más su cuerpo y dejarse llevar por el placer que mis dedos la estaban provocando con el ritmo frenético que la mantenía en su hinchado clítoris.

Sus manos me agarraban más fuerte y cada vez se arqueaba más su espalda apoyada en mi pecho, su respiración entrecortada me anunciaba que estaba a punto de llegar al climax.

Pero en ese momento decidí que no se lo merecía por ser tan protestona y llevarme siempre la contraria, así que paré en seco (bueno es un decir porque la cosa estaba ya muy mojada). Retiré la mano y me separé de ella.

Se volvió contra mí, como hacía mucho no recordaba. Sus ojos encolerizados y ese gesto de no me lo puedo creer.
  • No serás capaz de parar ahora verdad????
  • Por supuesto que sí Bichito! -mientras me alejaba-
Se avalanzó sobre mí y comenzó a golpearme en todos los sitios gritando como una posesa.
  • Eres un Imbécil, cabrón, estúpido arrogante, vas a terminar lo que empezaste, que yo estaba muy tranquila trabajando y tú lo empezaste, así que ya lo estás terminando.
Sus manos seguían golpeando y las mías intentando parar los golpes. Conseguí atenazar las suyas pero por su boquita salían sapos y culebras, aún así, llegué a controlar la situación.
  • Vale, vale, está bien! tienes razón, yo lo empecé y lo acabaré.
  • Eso está mejor, acábalo antes de que me enfríe.
Intentamos recomponer nuestra agitada respiración, nos levantamos del sofá donde habíamos caído en el fragor de la lucha y quedamos uno frente al otro.

Ésta vez decidí hacer descender su buzo sacándola los hombros y la tela quedó retenida en la cintura un movimiendo más y se deslizó por completo hasta los tobillos.

Mi brazo izquierdo rodeo su cuello, mi boca se acercó a su oído y mi mano derecha se posó en su entrepierna protegida aún con sus bragas.

  • Tienes razón Bichito -susurré- Yo empecé esto con un azotito cariñoso para ver mi mano dibujada en tu culo con tu mono. Ahora que ya no está lo justo es terminarlo...
Me dejé caer en el sofá arrastrándola a ella sobre mí, que se dió de bruces y no me costó nada colocarla sobre mis rodillas e inmovilizarla...

continuará...


Si quieres leer la segunda parte está aquí:
El nuevo apartamento (Relato) - 2ª parte -


viernes, 25 de octubre de 2019

Momentos mágicos


Durante un encuentro (no me gusta llamarlo sesión o sesionar porque me suena frío, calculador, poco emocional y nada erótico, hablo desde mi postura y mi forma de verlo simplemente, cada uno que lo llame como más le guste).
Pues eso, que cuando te encuentras con esa persona con quién compartes entre otras cosas juegos de spanking pues se dan una serie de momentos mágicos que son únicos y que sin ellos romperían la magia del encuentro. 
¿Y eso porqué? pues porque los juegos de spanking no son sólo azotes, son mucho más que eso. Es cierto que hay personas que van a saco y directos, pues como el que va a follar, bajada de bóxer/gayumbo y bragas/tanga o lo que lleve cada un@ y zasca, mete-saca mete-saca y ya! Al igual hay personas que viven y buscan el spanking por lo mismo bajada de bragas y zas zas en el culo. 
Que cada uno lo viva como mejor prefiera, eso está claro. Para mí los momentos mágicos son mágicos y que no me los quite nadie!!! 

El primer momento mágico sería cuando sin saber ni cómo ni porqué se inicia el juego, sí es ese cambio de chip, donde tu cerebro hace una pausa, respiras despacio... estás atenta porque no sabes que va a pasar. No sabes cómo vas a actuar, todo es espontáneo, es ese momento de entrar en acción... nervios, expectación... sí, ese en un momento mágico.

Un segundo momento mágico es cuando te están ''azotando la mente'' o como dice una gran amiga mía ''follando la mente'', vendría a ser lo mismo. Es ese momento cuando a través de las palabras te estás empezando a humedecer... Para eso se requiere dar con la persona adecuada y que le guste lo mismo que a ti pero en la otra posición. No todo el mundo sabe azotar o follar la mente, recomiendo que los que no lo han hecho nunca que empiecen a practicarlo.

Un tercer momento ya no mágico sino súper mágico así lo siento yo, es el momento de la bajada de las bragas... uhmmm Diosssssssss
Como algo que dura segundos contados y algo aparentemente ''simple'' puede llegar a ser tan excitante, gozoso y vergonzoso, todo sea dicho de paso, porque sí, yo siento mucha vergüenza cuando me las bajan... y sí, me súper encanta!!!

Un cuarto momento mágico es sin duda alguna también y muy potente cuando te pone en sus rodillas él, o cuando te colocas tú, depende de como se de... Pues ese instante es guauuuuu impresionante! Es pasar de ser mujer a ser una niña... Por un rato largo estás ahí, expuesta, donde en todo ese momento no tienes para nada el control de tu cuerpo sino que lo tiene él y eso es muy muy excitante y me pone a mil.

El quinto momento mágico son las caricias... las quiero siempre y a todas horas jajaaa con azotes y sin ellos, las caricias me vuelven loca!! uffff 

Sexto... Después de la azotaina larga y con sus pausas otro momento lleno de pura magia es cuando terminamos abrazados y compartiendo besos...

Todos estos momentos son para mí los más especiales y sin ellos pues no sería lo mismo. Sería como quedarme a medias por lo menos yo. Para que esto se de se requiere de un vínculo con quien juegas sino tampoco tiene mucho sentido todo lo que he dicho, sin esa conexión lo veo más desde el lado dar por dar o recibir por recibir. Del mismo modo también es cierto que hay otros momentos por supuesto, aún así estos son sin duda alguna mis momentos mágicos... Y los quiero sí o sí porque si se obvian se pierde todo. En los encuentros hay azotes clarooo! Tampoco me los quites jajaaaa pero si sólo hubiera azotes y no hubiera todos y cada uno de estos instantes compartidos desde la atención, conciencia y sabiendo lo que nos provocan a ambos... los azotes sabrían a muy poco por lo menos para mí. 

Yo quiero todos y cada uno de estos instantes... 
lo que viene siendo el pack completo!!!

martes, 22 de octubre de 2019

Secretos de un spanker y una spankee



La entrada de hoy la quiero dedicar a una página que he encontrado en el facebook de una pareja de Spanker/spankee donde a través de sus escritos dan luz a su sentir y a su relación desde la mirada del Spanker y desde la mirada de la Spankee.

Os voy a poner un escrito literal donde hablan de un encuentro que han tenido y ponen palabras a lo que pasó por su mente antes de, durante y después, así como su forma de sentirlo en ese momento vivido por ambos.

La voz del Spanker:

''El poder que me das cuando yo tengo el poder''

''Mucho se ha hablado de que nosotros cómo spankers o cómo dominantes tenemos el poder, pero ese poder no viene por si solo, es el resultado de muchos factores. El más importante es la confianza de la contraparte, si bien siempre deseamos escuchar 'aquí estoy, tómame', estas palabras son una responsabilidad. La spankee o sumisa nos está entregando no sólo su cuerpo sino su sentir, y cuando escuchamos esas palabras en ese momento te hace sentir y ser el hombre más poderoso del mundo. Desde mi punto de vista no debemos olvidar que ella te da el poder (se pone en tus manos porque así lo decide), al final si decide ''HASTA AQUÍ'', es ''hasta aquí'' siempre respetando su decisión.

Tú me entregaste el poder, solo dijiste ''hasta donde tú consideres, hoy tú decides'' estaba muy nervioso, no sabía si mis límites serían los tuyos. Así comencé poco a poco, subiendo despacio el nivel de dolor. Mientras caían los azotes estaba un poco nervioso preguntándote a cada momento cómo ibas, cómo te sentías, era la primera vez que te soltabas totalmente a lo que yo decidiera. Llegó un momento en la sesión en la que yo ya estaba más tranquilo y ahí comenzó lo más fuerte, dándote con más fuerza mientras mis azotes eran acompañados de tus gemidos.
No pararía hasta llevarte al límite, sabía que era lo que seguía para nosotros, ir a un nivel más allá, ya era tiempo!
Mientras eso sucedía por mi mente pasan cosas como, sabré parar? Ella sabrá parar? Por mucho tiempo que lleváramos experimentando siempre estaba en mi mente eso. Así que llegado el momento pare, y pude ver que fue lo justo, tú estabas relajada y me dedicaste la mejor de tus miradas, sólo dijiste ''gracias papi''. Fue un momento maravilloso, la culminación de mucho tiempo en los cuales nos estuvimos conociendo y sabiendo el uno del otro, sabíamos que ese día llegaría, pero aún así no sabíamos que sería ese día. Esa fue la cereza en el pastel de ese día''.

La voz de la Spankee:

El poder que te doy cuando me entrego.

''Hasta donde tú consideres, hoy tú decides'' son palabras que parecen fáciles de mencionar pero cuando la dije después de una sesión ya avanzada creo que es cuando realmente comprendí todo lo que va inmerso en ellas. Moría de nervios y la incertidumbre mantenía mi mente ocupada ¿Estaré lista para ello? ¿Cubriré sus expectativas? ¿Cubrirá las mías? ¿Sabrá cuando parar? esas y muchas interrogantes cruzaban velozmente mientras me recostaba en la cama y dejaba mis nalgas a su merced. Puedo asegurar que las primeras nalgadas no lograron apaciguar mi mente, pero cuando el dolor aumentó algo muy extraño me pasó, simplemente dejé de pensar, noté que gemía con fuerza y me movía. No voy a mentir, no fue fácil, no conocía mi umbral en esos límites, mientras el ardor me suplicaba que se detuviera mi alma quería más. Era una necesidad, era un regalo que quería hacerle, para una spankee son sentimientos nuevos. Creo que una sumisa pasa por muchos momentos en los que desea complacer a su amo, pero para más voluntariosa y traviesa estás sensaciones era completamente nuevas. Cuando terminó noté mi respiración profunda, estaba llena de orgullo y me sentía completamente satisfecha. Se acercó a mí y solo pude decirle gracias papi... sin duda ese día marcó un antes y un después en nuestra relación''.


Mi opinión:

Comparto cosas que dicen como que el poder lo otorga ella, y da igual que sea sumisa o spankee, ella cede el control a su  spanker. Y para llegar a ese punto como bien dicen se necesita haber creado una confianza entre ambos y eso se consigue a base de hablar y hablar y hablar y después de tanto hablar llevándolo a la acción. Estoy totalmente de acuerdo con ellos.

Me gusta que lo expresen desde su estado emocional, hay nervios, hay excitación y expectación de no saber que es lo que va a pasar. Y cuando se permiten ambos soltarse, se produce la magia. 

Ellos lo viven desde una relación donde por lo visto ella es sumisa y spankee, también lo llama papi con lo cual mezclan en la relación diferentes conceptos. Él también en otros escritos la llama mi niña con lo cual entiendo que también viven esa parte de la DD/lg como Daddy/Little. 

Agradezco poder leer lo que siente cada uno y la apertura de su intimidad en una red social. Su forma de vivirlo es la suya y personal, cada uno lo vive a su manera y todas son igual de válidas. No es fácil encontrar escritos de un Spanker o de una Spankee y dar con algo que lo hacen ambos como pareja menos usual todavía. Con lo cual aunque yo muchas cosas de las que cuentan lo vea y viva diferente agradezco que nos ofrezcan y nos abran las puertas de su casa.

Así que, Mil Gracias!!!


viernes, 18 de octubre de 2019

El Rincón




El rincón es ese lugar que quieras o no siempre terminas por visitar, puede ser antes de los azotes, si es así digamos que ya estás siendo castigada sólo por ponerte mirando a la pared, un castigo totalmente infantil y de regresión a la infancia. En mi caso siempre lo relaciono y vivo el spanking con lo infantil, y estando de bruces en el rincón pues más de lo mismo. No sé si os pasa lo mismo que a mí o no... porque también suelo decir que hay muchas maneras de vivirlo.

Estando en esa situación, puedes estar vestida tal cual estés, o que te haga como a mí me pasa mucho, el hacerte bajar el pantalón y las bragas, o subirte la falda y estar con las bragas por debajo del culo hasta que él estime oportuno. Para decirte al rato que te subas las bragas y te bajes la falda, o que te subas las bragas y el pantalón y que te acerques a dónde está él. Que viene siendo una silla, y yo me acerco con sigilo y con cara de no haber roto un plato de no entender que quiere de mí. Jajaaa lo digo en serio, esto me pasa. Aún sabiendo lo que me va a pasar, pienso el qué me irá a hacer... Digamos que mi mente no lo quiere procesar, se niega a ello. Creo que la inocencia sigue innata en mí en muchos sentidos y éste es uno de ellos.

Pues bien, esos momentos de rincón sirven también para que después de un buen rato sobre sus rodillas y teniendo el culo ardiendo puedas descansar un ratito y de estar mirando el suelo también, y de que él a la vez descanse su mano. Digamos que el rincón puede ser perfectamente un momento de pausa, un Kit Kat.

Estos momentos son importantes y son necesarios porque se necesita descansar si la idea es estar por un tiempo largo jugando. Si va a ser una azotaina de 15 ó 20 minutos porque en ese momento no hay tiempo para más, pues se puede hacer que los últimos minutos los pase reflexionando en la pared por ej. 

A parte de ese descanso necesitado para ambos también son momentos dónde sirven para que el Spanker pueda preparar algo que tenga entre manos y así evita que ella lo vea. El factor incertidumbre hace que el gusto sea más intenso, el no saber es lo que tiene, si sabes jugarlo y sentirlo desde el factor sorpresa.

Se puede estar cara a la pared como he dicho más arriba, antes de los azotes, o durante y/o después. Los momentos y el tiempo los dicta el Spanker, que para eso está. Os imagináis siendo la Spankee quién lo marque? jajaa no tendría sentido, cada rol asume su posición; he ahí la gracia. 
Lo que sí he hecho alguna vez ha sido protestar por estar mucho rato y por estar aburrida de estar ahí. 

Para mí son momentos necesarios y forman parte de los juegos de spanking, y más cuando se dan de manera muy intensa. Se requiere parar y tomar aire. Me viene el recuerdo según estoy escribiendo de un juego intenso donde no hubo momento de rincón y lo eché de menos porque mi cuerpo y mi mente necesitaban parar. 

Cuando estoy mirando la pared, a parte de entrarme ganas de sobarme el culo si ya lo tengo rojo y me pica, alguna vez lo he hecho y me he llevado más azotes en el culo y/o en las manos... 
También me invade la vergüenza de estar metida en ese berenjenal, me hace sentir pequeñita y vulnerable.  El no saber si te está mirando o no... el no poder moverme... El sentirme expuesta de esa manera, me excita y a la vez me ruborizo sin querer.



martes, 15 de octubre de 2019

Little Girl


La Little Girl/niña pequeña es un término que se encuentra en la DDlg dentro del Bdsm. En la anterior entrada ya hice mención al Daddy y en esta quiero dar espacio a la Little.

Hay muchos tipos de Littles, al igual que no hay dos Spankees iguales tampoco encontraréis dos personas idénticas aunque coincidan en el rol, el que sea. Por mucho que se parezcan los gustos o incluso sean los mismos, no será posible.

Yo lo vivo fuera de la D's ya lo he comentado en varias ocasiones, no soy sumisa, aún así hay sumisas que viven su Little Girl dentro de la D's como Amo/sum. 

En internet podréis encontrar mucha info de la Little Girl, mi entrada la voy a dedicar más al término Little-Spankee, no sé si existe como tal el término, aún así la verdad es que me importa muy poco si os soy sincera. Así es como me identifico últimamente, aunque no sé si me identifico más con el término Spankee y luego con la Little... lo tendría que reflexionar...

Soy Spankee porque me gustan los azotes en el culo y soy Little porque me excita que me regañen y me traten como si fuera una niña pequeña. 

Mi parte Little la siento como si hiciera una regresión a la infancia, es jugar a ser pequeña aún sabiendo que soy adulta (creo que esto es lo mejor de todo, porque si eres niña no puedes jugar a ser pequeña porque ya lo eres). En cambio sabiendo que soy adulta cosa que me encanta esa parte de mí, mujer adulta e independiente que juega a ser pequeña por momentos... Me fascina...

Sacar mi parte más infantil, sentirme una niña en brazos de un hombre adulto que juega a ser más adulto todavía jejee. El que pone las normas y yo me las salto porque además de peque soy revoltosa y un tanto rebelde que le gusta jugársela y desafiar a la autoridad.

Además de portarse un poco mal o mucho, depende... jajaa una Little-Spankee, le gusta ver películas de dibujos con su Daddy, colorear libros, le gusta que la lean un cuento, comer chuches, que la den de merender, que la bañen, que la vistan... Digamos que hacer cosas infantiles. Y por supuesto tiene su perrito de peluche y su chupete por si lo necesitara en un momento dado... 

A una Little-Spankee le gusta que la traten con mucho cariño, mimos y cuidados, todos. Le gusta que la consientan, le gusta jugar con su papi, darle masajitos, peinarle (aunque no todos los Daddys tienen pelo...), jugar con su barba (si la tiene), tocarle la cara, meterle el dedo en la nariz,  darle mordiscos en la barbilla... Todo lo que se te ocurra que puedes hacer con él para chinchar un poquito...

Y por supuesto, desobedecer siempre que puedas y saltarte las normas. Eso es lo que tiene lo prohibido, que por un lado te llama más la atención el hacerlo y por otro lado que no te pillen... o sí...

viernes, 11 de octubre de 2019

Daddy / Papi


¿Qué es un Daddy o un Papi?

El Daddy es una figura que está dentro del Bdsm y que incluso según lo vivas se puede mezclar en la D's y vivirlo desde el Amo/sum. Que no será mi caso al no ser sumisa. Hice una entrada acerca de ese término.  Si quieres leerlo antes pincha aquí DD/LG.

Los que ya me conocéis 'algo' sabéis que mi gusto por el Spanking lo vivo fuera del Bdsm aunque suelo mencionarlo en ocasiones ya que el Spanking siempre formará parte de la escena dentro del Bdsm aunque yo me sienta y lo viva diferente. Obviamente una cosa no quita la otra y siempre haré referencia al Bdsm en mis entradas cuando lo considere oportuno. 

El Daddy para mí es un hombre Dominante que ejerce la autoridad y por supuesto es Spanker. 
Los rasgos que le caracterizan para mí sin duda alguna es que es cuidador, tiene un punto hasta de paternalista y le gusta proteger y aporta ese granito de arena en la relación para que ella saque (si la tiene) esa parte Little. Digamos que se retroalimentan incluso a veces sin saberlo, se alimentan mutuamente cada uno desde su lado, como dos piezas del puzzle cuando encajan.
También tiene paciencia... Puede aguantar lo que no está escrito. No te pondrá en tu sitio así de primeras, se toma su tiempo, no tiene prisa. Aunque haya momentos en que sí lo haga, el aquí te pillo aquí te doy, siempre dependerá de como se den las circunstancias y dependerá de otros factores y situaciones.

También es Dominante porque le gusta mandar y ser el líder, aunque a la Little-Spankee también le guste mandar y eso conllevará muchas veces a discusiones y disputas que luego se solventarán sin mayor importancia.
Es Dominante porque saca su parte de autoridad llegado el momento y cuando la situación lo requiera. Además que le gusta poner en su sitio a la parte Little porque quién manda realmente es él y no una niña pequeña que además de caprichosa es contestona y maleducada. :D

Y por su puesto y lo más importante, es Spanker porque además de llevarlo intrínseco, la mayoría de los castigos serán a través de los azotes en el culo, así será la manera de bajar los humos a la little. Y aunque sea la parte que propicie las azotainas también cuida de la Spankee siempre y en todo momento.

Hay perfiles de todo tipo y que conozco, Spanker y Dominantes que no se consideran Daddys porque no se sienten identificados con esa figura. Spanker que no se sienten Dominantes y sí Daddys. Spanker y Dominantes que no son Daddys y que lo viven en una relación D/s... Haber hay de todo.

Concluyo diciendo  que para mí un Daddy a de ser Spanker, sino no podría ser un Daddy en toda regla jajaa y también es Dominante por lo que he comentado más arriba, le gusta dirigir y mandar, vamos lo que es llevar la batuta. Siempre y cuando le deje la parte Little-Spankee porque a ella también le gusta mandar, jajaja sólo y por el puro placer de incordiar y llevar la contraria. 

He querido describir mi visión acerca de lo que es para mí un Daddy.
Digamos que son tres perfiles en uno o un perfil con tres características.


martes, 8 de octubre de 2019

Aquella insoportable impuntualidad (Relato)




Autor: Spankcelot


Este es relato de mi iniciación como spanker, fue de un modo inesperado, a la vez que deseado desde hace mucho tiempo.
Yo por aquel entonces salía con una chica unos años menor que yo que se llamaba Noemí. Ella estaba  empezando a estudiar en la universidad, mientras que yo cursaba el último año de carrera, después de una semana cargada de estudio y con un examen que había hecho el viernes, el sábado me apetecía relajarme y tomar fuerzas para la recta final del curso.

Aquel sábado quedamos Noemí  y yo para ir al cine, en unas salas que estaban bastante céntricas en la ciudad y cercanas a un bonito parque estilo clásico. La sesión a la que habíamos quedado era la de las 20 horas 30, pues tampoco quería salir muy tarde del cine, y tener un poco de margen para tomarnos algo.

Como sabía lo impuntual que normalmente era, el viernes cuando quedamos por teléfono la previne:

 -Por favor Noemí se puntual, que yo cogeré las entradas y estaré a la puerta del cine esperándote
-Si no te preocupes.
Ella vivía a las afueras de la ciudad y para ir al centro solía coger el coche.
-Por favor Noemí, vente con suficiente margen de tiempo, que ya sabes que alrededor de los cines Roxy se aparca muy mal.
-Si , no seas pesado que ya lo sé
-Bueno pues quedamos a las 20h 20 minutos, para coger unas palomitas y bebidas antes.
-A las 20h 20 minutos estaré como un clavo.
-Eso espero, un besito cielo.
-Un beso amor, hasta mañana.

Yo la insistí, pues la mayoría de las veces que quedábamos ella llegaba bastante más tarde de la hora acordada, y teniendo en cuenta que la película estaba teniendo bastante éxito y las colas que se presentaban en ese cine, no quería quedarme fuera o con las entradas y la película empezada hace tiempo.
La principal causa de su impuntualidad era, que tardaba mucho en arreglarse y no estaba acostumbrada a salir de casa sin un aspecto perfecto, en definitiva gestionaba mal el tiempo. Eso sí, he de reconocer que siempre venía deslumbrante y guapísima y eso me hacía muchas veces minimizar su tardanza.

Ese sábado me acerque con bastante antelación al cine, eran las 20 horas 10 y ya había una larga cola para las entradas, me situé al final de la misma, y justo cuando iban a ser las 20 horas y 20 minutos, me tocaba el turno en taquilla, pero como Noemí todavía no llegaba, deje pasar a un par de parejas a ver si mientras tanto aparecía.
Eran las 20h y 25 minutos y no llegaba. Me empecé a poner nervioso a la vez que cabreado, pues me temía que iba a llegar bastante tarde otra vez. Me asaltaba la duda de si coger o no las entradas, pues no quería entrar con la película muy empezada, y por otro lado todavía estaban bastantes personas detrás de mí en la cola, con lo cual era previsible de que la sala se llenaría. Decidí apurar hasta el último minuto, mientras miraba repetidas veces hacia atrás a ver si la veía aparecer, 20 h y 31 minutos, estoy ya decidido a cogerlas para no quedarnos fuera, pero la taquillera me dice que para esa sesión se han agotado.

Me quede todavía a la entrada como un pasmarote y con un cabreo del 15, pues nuevamente estaba llegando tarde. Finalmente a las 20h y 43 minutos la veo aparecer corriendo por el otro extremo de la calle, yo pensaba para mí “para que corre se pensará que vamos a entrar”.
Venía con un pantalón vaquero Lewis blanco que me encantaba, pues resaltaba su culo perfecto, y una camiseta blanca con transparencias, y con su pelo suelto negro precioso.

-Hola perdona, la tardanza pero el aparcamiento está imposible.
-Si eso ya lo sabíamos
Dije secamente.
-Venga vamos que, lleva 10 minutos empezada
-No vamos a entrar Noemí.
-Pero, ¿no sacaste las entradas?
-No, no las saqué, aunque pude haberlas sacado, si hubieras llegado en hora.
-Pero estás gilipollas tío. Como no las has sacado… Es que ha llegado tarde? y yo corriendo como una loca…

Yo estaba que me subía por las paredes… La eché una mirada furibunda y la espeté…

-No tontaina, yo sí  llegué pronto, hice la cola y esperé hasta el último momento a ver si la señorita prisitas aparecía, ¿qué esperabas entrar con la película empezada hace un cuarto de hora no?  Anda vamos al parque a ver si nos da un poco el aire.

La cogí del brazo y entramos en el parque, necesitaba respirar, y caminar para procesar toda la mala leche que se me había formado. En el trayecto de entrada al parque no articulamos palabra.
Tras llegar a un rincón del parque Noemí rompió el silencio:

-Bueno tío, tampoco es para tanto, podemos ir a las sesión de las 22h 30.
-Llegaste tarde, muy tarde, otra vez. Dije amargamente.
-Jolín tío diez minutos, y es que aquí se aparca fatal, tu elegiste éste sitio.

Lo que realmente me cabreaba era la incapacidad de reconocer su impuntualidad y hacerme responsable a mí,  a la vez que querer hacerme ''comulgar con ruedas de molino''. Aunque en el fondo sabía que quería que la perdonara y estuviera de buen humor con ella, sus formas eran las de una niña mal criada.
Los dos estábamos de pie caminando lentamente, y al oír aquella ridícula excusa, no aguanté más y exploté. Me gire hacia ella y mirándola fijamente la dije:
- Te recuerdo que habíamos quedado a las 20h y 20. Llegaste 23 minutos tarde.

Rápidamente eché una mirada furtiva a mí alrededor, como un depredador a ver si había alguien cerca, solo a lo lejos se oían las risas de unos jóvenes.
Y sin mediar mas palabras la agarré del antebrazo izquierdo, caminé un par de metros hasta un banco de madera del parque, y a la vez que me sentaba la puse encima de mis rodillas, fue algo automático, casi instintivo, la sujeté por la parte alta de la cintura con la mano izquierda, y con la mano derecha la propiné dos fuertes azotes en el culo, que al pillarla totalmente desprevenida rebotaron deliciosamente en sus adorables nalgas.

-Aaaaaay pero que haces tío. Mientras se giraba y me miraba atónita.

Yo nunca la había azotado, ni a ella ni a nadie, solamente algún azote suelto en plan juguetón  o picantón.  Pero muchas veces había fantaseado con dicha posibilidad aunque no me atrevía a proponérselo a Noemí, pero las veces que la había dado un azote de esos juguetones había notado como se relajaba su cuerpo después,  y como adoptaba posturas más provocativas, e incluso le cambiaba el carácter si estaba estresada o ansiosa.
Pero, esto era algo diferente y aunque tenía la duda de si iba a encajar bien la zurra que me disponía a darla, al verla tumbada sobre mis rodillas con la cara mitad de asombro y mitad de disgusto, estaba tan arrebatadoramente bella en su vulnerabilidad,  que en aquel momento tomé la decisión de ir hasta el final, y la contesté con determinación:

-Lo que debería haber hecho ya hace mucho tiempo, voy a ponerte el culo como un tomate por llegar siempre tarde.

Y la descargué media docena de fuertes azotes, espaciados pues ahora al comprender que me disponía a darle una buena azotaina, y que el castigo iba en serio, se empezó a resistir con fuerza e intentar zafarse de mí.

-Nooo, sueltame bruto, no tienes ningún derecho, quien te has creído que eres.

Fue una lucha sin cuartel durante casi cinco minutos, pero cuanto más se resistía ella más me excitaba yo, ella intentaba incorporarse, pero mi mano izquierda en su cintura a la vez que el ángulo en el que colgaba su cuerpo me permitía  impedírselo, también intentaba girarse, voltearse, con lo que tenía que ceñir fuertemente mi brazo izquierdo a su cintura para que no lo lograra. Con su mano derecha trataba de cubrir alguna parte de sus nalgas, o parar alguno de los azotazos, al principio lo conseguía, se retorcía y los movimientos de su mano me impedía impactar los azotes, pero eso si cuando lo conseguía venían con bastante fuerza y de bien arriba.

Progresivamente sus resistencias fueron menguando, tanto las físicas como las psicológicas. Al principio gritaba:

-Sueltaméeee caaaabrón, me haces daño.
-Y mas que te voy hacer, cuando acabe, no te vas a poder sentar a gusto en un buen rato.
-Aquí no por favor nos va a ver la gente.
-Lo hubieras pensado antes de comportarte como una niña malcriada.

Yo intuía que sus primeras resistencias iban enfocadas más en la vergüenza y la  humillación de ser azotada en un lugar público, que en el dolor en sí, que todavía no debía ser muy fuerte, ya que Noemí tenía unos musculosos glúteos, pues jugaba al voleibol desde el colegio, y a buen seguro que la amortiguaban mis recios manotazos. A mí  también me daba algo de reparo  azotarla allí, pero ahora la mecha estaba prendida y no era capaz de dejar de azotarla.

Por suerte aunque había gente en el parque no estaban lo suficientemente cerca para que nos pudieran escuchar, aunque llegados a éste punto creo que a mí me daba igual…
Pero a Noemí si le parecía importar bastante, y miraba en repetidas ocasiones alrededor a ver si alguien nos observaba, y aunque se resistía con todas sus fuerzas evitaba chillar fuerte o hacer mucho ruido para no provocar un escándalo que llamara más todavía la atención.

Poco a poco sus resistencias fueron cediendo, mitad por fatiga mitad por aceptación del castigo. Ahora la tenía muy bien sujeta por la cintura, su tronco colgaba de mis rodillas por un lado y por el otro sus piernas. Su cara casi rozaba el suelo, su brazo derecho lo tenía aprisionado junto a su tronco, de forma que no podía usar su mano para cubrir su trasero, y poco podía hacer para evitar la zurra, más que contraer las nalgas y patalear.

En ese momento la azotaina empezó a configurarse como algo metódico y serio. La azotaba levantando bien la mano y dejándola caer con fuerza en cada nalga, unas veces un poco más arriba y otras más abajo, otras entre ambas nalgas en su parte más baja, no quería dejar ni un milímetro de su adorable culo sin castigo,  y como era de esperar el  auténtico dolor hizo acto de presencia.
Ahora su discurso cambio radicalmente y empezó a suplicarme que parara.

-Por favor Luis no llegaré tarde mas, por  favor auuchhh

A mí también me dolía la mano, pero sabía que era uno de los momentos decisivos de la zurra, y aceleré el ritmo de los azotes, al poco rato empezó a patalear con fuerza  en un intento fallido de proteger sus nalgas con los pies.
Ahora el dolor se impuso a la vergüenza y empezó a chillar y quejarse más sonoramente

-Por favooor auuuuuh

Yo estaba como hipnotizado con su berrinche, observando las pataletas y contorsiones de ella siendo zurrada y cabreada desconocida para mí. Yo estaba como poseído de una fuerza que no sabía de dónde la sacaba para sujetarla y seguir propinándole fuertes azotazos para lograr su justo castigo.

Y en ese momento se rindió…., rompió a llorar. Gimoteaba y lloraba como una niña articulando sonidos incomprensibles. Yo ralentice el ritmo de los azotes y moderé la fuerza de los mismos, pero no paré la azotaina, no quería acabar bruscamente, sino que la daba azotes espaciados y con plena conciencia. En aquel momento creí que la zurra había sido lo suficientemente severa y estaba deseando levantarla para abrazarla y besarla.

Paré sólo por un instante para acariciarle las nalgas y distribuir un poco la sangre hacia los muslos, y disfrutar de la adorable textura de sus posaderas. Realmente le ardían las nalgas.
Y entonces me inundó el irrefrenable deseo de ver el efecto que mis manos habían tenido, sobre aquellas adoradas nalgas. Y deslice mis manos a los botones de sus vaqueros para bajárselos y contemplar la rojez de su culo. Pero ella al sentirlo se volvió a resistir con fuerza, ya que pensaba que se los bajaba para continuar azotándola y hacerla más daño:

-No por favor en las nalgas desnudas nooo

Y aquella súplica  sonaba con un doble mensaje, su parte racional y consciente quería acabar aquel pequeño suplicio ya, pero su parte más salvaje e inconsciente anhelaba que la zurra alcanzara la mayor intensidad tolerable posible.
Y yo que aunque encantado  de haber llegado hasta allí, estaba sorprendido y un poco asustado de mi propia contundencia y asertividad, me pareció la mayor de las crueldades dejar la azotaina de Noemí allí….
En aquel instante comprendí que todavía la zurra no había terminado. Realmente quedaba la guinda del pastel, y la guinda era” acabar de ponerle el culo rojo como una guinda” y disfrutar de la vista de ese color.

Estuve luchando un par de minutos para bajarle aquellos pantalones Lewis blancos, la vergüenza de verse ahora más expuesta y el miedo a un castigo más severo y a perder  la protección del pantalón redoblaron sus fuerzas. Aunque los botones y el cinturón los pude desabrochar pronto, la tarea de bajar unos vaqueros ajustados en una chica joven pero ya mayor de edad que se resiste y  además es deportista no fue tarea fácil, y aunque mi intención primera solo era disfrutar de las vistas de sus coloradas nalgas, su fuerte resistencia me estimuló a azotarla de nuevo. Sentía que ahora la resistencia no solo era por la vergüenza de exponer su culo al aire, sino también por el miedo a otra fuerte tanta de azotes ahora sin la protección de la tela vaquera.

Cuando finalmente conseguí bajarle los pantalones, me quede otra vez totalmente hipnotizado, unas minúsculas braguitas azul celeste claro con ribete blanco, cubrían parcialmente sus coloradotas nalgas, el rojo de la piel contrastaba vivamente con la ropa interior clara, en especial con la puntilla blanca del ribete de las bragas. No eran sus bragas más bonitas pero desde entonces fueron de sus bragas, mis favoritas.
Estuve allí en contemplación de su culo, no sé el tiempo, debió de ser poco pero a mí se me hizo un mundo, hasta que ella se movió giro su carita llena de lágrimas y vergüenza, y me suplico con aquellos ojos  grandes y marrones  que tenía:

-Por favor Luis no me azotes más, me duele mucho el culo, no volveré a llegar tarde nunca más, te lo prometo.

Y en ese instante si me dio pena y estuve tentado a finalizar la tunda en este punto, su cara sí me decía eso, sus ojos reflejaban mucho miedo, casi diría pánico,  pero por contra su respingón culo me decía que quería la guinda.
Casi sin querer hice un recorrido retrospectivo por la zurra que la estaba dando, y las distintas fases emocionales por las que había pasado.

Primero fue la sorpresa al recibir los inesperados primeros azotes, en segundo lugar la negación de la zurra,” esto no puede estarme pasando a mí”, la rebeldía y el consiguiente cabreo sobre todo por la humillación y vergüenza que suponía recibir una azotaina real con su edad y en un lugar público, después vino una  tercera fase de rendición y aceptación de la azotaina y del dolor físico que la acompañaba, con los primeros destellos de arrepentimiento y culpabilidad, y ahora al ver sus aterrorizados ojos y el temblor que empezaba en su cuerpo entramos en la fase final de miedo profundo al castigo, vergüenza más intensa al verse más expuesta y arrepentimiento auténtico.

Algo me decía que Noemí estaba entrando en un mínimo estado alterado de conciencia y algo regresivo de vuelta a la infancia. Debido seguramente a las intensas emociones encontradas y en las endorfinas, pues sin querer minimizar el dolor que estaba sintiendo, que desde la posición del spanker es una actitud muy cómoda. Aquella expresión de suplica y pánico en sus ojos me parecía desproporcionada, para una chica de 20 años deportista con unos glúteos bien torneados, que estaba siendo azotada con la mano, no con ningún implemento, pero eso sí  que era su primera azotaina y en la cual yo me estaba empleando a fondo.

Me di cuenta que su alma estaba queriendo encarar un miedo profundo, diría que atávico que yo no sabía de dónde venía ni tampoco creo que importara en este momento y que yo lo único que podía hacer para ayudarla a atravesarlo, era darle espacio al miedo sin exagerarlo ni negarlo, manteniéndome firme en mi decisión de culminar la zurra.
Por eso la respondí:

-Noemí, cielo no puedo soportar por más tiempo tu impuntualidad, por eso tengo que continuar con la azotaina para tener la certeza de que éste comportamiento no se va a repetir en el futuro. Y mi voz reflejaba seguridad a la vez que cariño.

-Nooo por favor nooo, te  lo prometo  que noooo.
-Hoy vas adormir con el culito bien caliente te lo puedo asegurar.
-Noooo por favor, no sigas, no voy a poder soportarlo…

Mientras se giraba y me miraba suplicante, intentando la manipulación a través de la compasión, que era ya su única defensa posible, pues su resistencia física se había agotado.
Aunque nuevamente tentado a parar, me mantuve inquebrantable en mi decisión:

-Lo siento señorita, por desgracia para tu culo, no vas a tener más remedio que soportar tu ya bien sabes que merecido castigo.
-Nooo, Luis lo siento de veras…
-Te acuerdas la lo que te dije cuando recibiste los primeros azotes….?
-Noooo, quee
-Que te iba a poner el culo como un tomate, y aunque lo tienes bastante rojo no voy a parar hasta que tus dos nalgas parezcan dos tomates bien maduros.
-Nooo, no más por favor.

Decía la pobre Noemí mientras gimoteaba desconsolada en espera de la zurra.
La deje unos dos minutos en ese estado de miedo expectante, que a veces es peor que la propia zurra real para que reflexionara a la espera de la continuación de la tunda. Que luego me confesó que se le hicieron eternos, para dar espacio a que el miedo profundo aflorara de su escondrijo, pasados los cuales, con total determinación reanudé vigorosamente la azotaina.

Comencé descargando un fuerte manotazo en la nalga derecha luego en la izquierda luego entre medias de ambas, sus carnosas nalgas no constreñidas ahora por el vaquero rebotaban deliciosamente después de cada azote. Así seguí un poco de tiempo azotándola, sobre las bragas unas veces y sobre los mofletes del culo que sobresalían adorablemente de las mismas en atrás ocasiones, y que empezaban a estar muy colorados.

-Auuuuuuu, ya por favoooor, paraaaa

Aunque las braguitas eran finas y aportaban poca protección a sus ya doloridas nalgas, se las arremangue un poco como si fueran una tanga, y la volví a azotar no tan fuerte como antes pero con bastante contundencia. Notaba que ahora para hacer el mismo daño requería de menos fuerza que antes. Por un rato me deleite en dar un buen ritmo a aquellas cachetadas, ni muy lento ni muy rápido, y aquel ritmo de crucero digamos, empezó a hacer estragos en su ya magullado trasero. 

Por otro lado la contemplación casi total de la superficie de la piel de su trasero me revelaba las zonas más rojas y castigadas y me permitía concentrar los azotes en las zonas menos marcadas, y así continué azotandola con precisión y contundencia   hasta  que los dos globos que eran sus nalgas perfectas estaban uniformemente colorados. Los azotes eran ahora mucho  más ruidosos, y se asemejaban a sonoros aplausos, finalmente si aceleré el ritmo y aumente la fuerza al máximo, para la traca final:

-Plash plashhh auuuuchhh

Nuevamente  Noemí rompió a llorar, y además de la fuerte llantina empezó a patalear con fuerza y velocidad, parecía que estaba nadando unas veces a crol otras a braza, su culo parecía que tenia vida propia independiente, se contraía y relajaba. Intentaba aguantar los azotazos lo mejor que podía, oponiendo la que parecía ser su  última y desesperada resistencia.

Durante un rato puse mi pierna derecha encima de las suyas para evitar las pataletas, y tener su trasero más controlado y me concentre en azotarle el centro de ambas nalgas, que contraía con fuerza en unas ocasiones, para proteger la delicada piel y carne cercanas al ano y a la vulva. Dejando el culo suelto en otras lo que me permitía aplastar el centro de su trasero y alcanzar con la punta de mis dedos el comienzo de su sexo,  hasta que sus ya fatigados glúteos se rindieron en ese momento….y de repente…. todo su cuerpo empezó a temblar como un pajarito, y su culo después de una fuerte contracción se relajó y se abrió , y unos deliciosos estertores contorsionaron su cuerpo.

Solté sus piernas de la mía, disfrutando del espectáculo de ver como la pulsación desde la pelvis recorría todo su cuerpo y se mezclaba con la vibración de los sollozos. Acaricie su dulce entrepierna que…. estaba deliciosamente húmeda. Permanecí otro rato eterno anonadado sintiendo como la vibración de todo su cuerpo se iba aquietando, el tiempo parecía haberse detenido.

La incorpore,  la subí los vaqueros, y la senté a horcajadas sobre mis muslos, mi pene sobresalía bajo mis pantalones. La miré a la cara, estaba aunque llena de lágrimas, y con todo el rímel corrido y el pelo despeinado, radiante, con las mejillas sonrosadas, y tan… tan bella….. La besé tiernamente mientras acariciaba sus zurradas nalgas, y después la pregunté mirándola fijamente a sus claros ojos marrones.

-Verdad que no vas a llegar nunca más tarde?
-No nunca, lo juro.

Nos fuimos con prisa hacia el coche, aunque a Noemí le costó seguirme pues se ve que le escocían bastante las nalgas al caminar después de aquella monumental zurra, para ir a casa y  acabar en la cama lo que había comenzado por una tarde de cine… y aquella insoportable impuntualidad.