Autor: Santiago
Esa noche habíamos quedado para salir a picar algo y tomar una copa. El día fue realmente complicado., viajes, reuniones, citas, compromisos de todo tipo y desde primera hora estaba yo bastante alterado.
A media mañana un flash me transportó hasta su imagen y la mandé un whap.
- ¡Hola!
¿Qué tal lleva la mañana Mi Bichito?
- Bien,
tirada en la cama aún.
- Así da
gusto, quien pudiera estar contigo ahora.
- Pues yo no
te eché así que si no estás es porque no quieres.
- Sí claro,
y el trabajo se hace solo.
- Cuando
quieres bien te escaqueas, así que no me cuentes cuentos chinos.
- Puffffff
parece que estés de mal humor.
- ¿¿Yo?? que
va, todo lo contrario, lo único que aún me duele el culo de tu enfado.
- Venga exagerada,
que no fue para tanto.
- Ya, para
ti nunca es para tanto, pero las marcas que aún tengo no dicen eso.
- ¡¡Exagerada!!
- Exagerado
tú, que no tienes control de nada y luego me dejas como me dejas.
- Bueno ya
me encargaré de que desaparezcan.
- Ahhhh sí?
¿y cómo? ¿Por arte de magia?
- Ya pensaré
en algo.
- Sí, sí, tú
piensa que es lo único que haces.
- Joder
Bichito si lo sé no te escribo.
- Pues la
próxima lo piensas antes.
- Vale,
Bichito Mío. Voy a seguir trabajando, te dejo que sigas cuidándote esas
marcas. Luego quedamos para vernos.
Estaba claro que estaba alterada o de mal humor, o que quería jugar, ni sé muy bien. Así que decidí terminar la conversación y continuar con mi cita de trabajo.
Las horas no pasaban ese día y fui avanzando en los asuntos laborales. A media tarde y con unas ganas enorme de estar ya con ella la volví a escribir.
- ¿Ya han
desaparecido las marcas de Mi Bichito?
- Nooo.
- ¿Sigues de
mal humor?
- Yooo?
Nunca dije que estuviera de mal humor.
- Ya veo,
ya.
- ¿Qué es lo
que ves, listillo?
- Que estás
de mal humor.
- ¿Otra vez?
¿Qué noooo, te lo tengo que dar por escrito para que te enteres?
- Puffffff,
vale, vale. Estoy terminando y saldré para casa, como quedamos?
- Como
amigos, ya lo sabes, siempre como amigos.
- ¿Vale,
tienes algún plan?
- Pues sí,
me surgió una cosa y no sé cuándo nos podremos ver hoy.
- ¿Qué me
cuentas? Habíamos quedado para ir a cenar algo y tomar una copa
tranquilamente.
- Pues me
salió mejor plan.
- Ahhhhhh,
pues muchas gracias por comunicármelo.
- Es lo que
estoy haciendo.
- Si claro,
porque te pregunto que si no...
- No me das
tiempo, joder. Me acaba de surgir.
- Bueno pues
cuéntame tu plan.
- Me han
invitado a una presentación de un libro de mi amiga y me pidió que fuera
con ella.
- ¿A qué
hora es?
- A las
20:00
- ¿Y será
larga?
- Pues no lo
sé, pero como pronto hasta las diez-once de la noche, ¡imagino!
- ¿Bueno y
qué, quieres que te espere? ¿Te paso a recoger cuando termines?
- Vale, te
mando la ubicación exacta de donde es y te confirmo a qué hora termina.
- Está bien.
Disfruta, yo iré a casa a cambiarme y voy a aprovechar para ver si ceno
con Álvaro que tengo una conversación de negocios pendiente con él
desde hace un mes.
- Pues muy
bien, que te aproveche.
- Y tú que
lo pases bien en la presentación del libro.
Acabé mi jornada de
trabajo, fui a casa, me cambié y fui a la cena. A eso de las nueve y media me
llegó un wasap con la ubicación.
- Esto
termina a las 10:30 ¿Me recoges aquí?
- ¿Ya estas
volviendo a perder las buenas costumbres que tanto me está costando que
entiendas?
- ¿Qué
buenas costumbres?
- La de dar
las Buenas tardes, días o noches para empezar una conversación.
- Ya
estamos... Que pesadito estás!!!
- mmm no sé lo que voy hacer contigo...
- pues no sé, luego me lo cuentas. Jajajaaa
Terminamos
nuestra conversación y a la hora indicada estaba
en el sitio que me había dicho y unos minutos después salió ella con el
resto de los invitados a la presentación. Me dirigí a ella y la saludé con un
profundo beso.
- Buenas
noches Bichito, qué ganas tenía de verte.
- Normal!! Yo también tendría ganas de verme. Jajajaaa
- Muy graciosa!
- Siempre!
- ¿Qué tal
la presentación?
- Bien,
estuvo interesante. ¿Y tú que tal la cena?
- Bien,
además hemos planteado algo de trabajo que tiene muy buena pinta.
- ¡Me
alegro! sabes? ¡Tengo sed!
- Vale, pues
vamos a tomar algo, ¿te parece que vayamos al pub de la otra vez?
- ¡Bueno! Me
parece bien.
Nos metimos en el
coche y nos fuimos al local, nos sentamos en nuestra habitual mesa. No había
apenas gente, además nuestra mesa está bastante apartada. Al poco de sentarnos
se ausentó para ir al baño y al regresar para sentarse buscó acomodarse.
- ¿Qué te
pasa? ¿No encuentras postura?
- ¿Pues tú
que crees? Todavía me quedan secuelas.
- ¿Ya empezamos con lo mismo?
- Yo empiezo con lo que me da la gana.
- A mí no me hables así, que llevas todo el día r q r y ya sabes cómo terminas.
- Yo te hablo como quiera, y no llevo todo el día r q r... protesto por mis marcas!!
- Vale,
Bichito has colmado mi paciencia, ¡levántate!
- ¿Para qué?
- Que te
levantes ahora mismo te estoy diciendo. Aquí no nos ve nadie y quiero ver
esas marcas para ver quién de los dos tiene razón.
- Jajajajaaa
que te lo has creído tú que te las voy a enseñar aquí y ahora.
- Se puede
saber qué parte no entendiste de ¡¡¡LEVÁNTATE AHORA MISMO!!!
Mi
subida de tono la dejó mucho más claro que no estaba hablando en broma y con
esa mirada desafiante que suele usar se levantó.
- ¡¡Eres muy
pesado!!
- Sí, sí, lo
que te tú digas, ahora date la vuelta, súbete la falda y enséñame tu trasero.
- Estás loco
si crees que voy a hacer eso aquí.
- Y tú muy
confundida si crees que no vas hacer. ¡¡Date la vuelta ya mismo y SÚBETE
ESA FALDA!!
Parece
que mi seriedad hizo que se girara lentamente para levantarse la falda mirando
que no la viera nadie.
- Bájate
esas braguitas que no veo marca alguna.
- ¡Joder
aquí no!
- ¡Que te
las bajes YA! _medio resoplando las deslizó para abajo_
- ¿Dónde
están las marcas? Aquí no veo nada, sólo un culo blanco como la leche y un
ligero minúsculo he insignificante moratón pequeño en esta esquina.
Sin
pedir permiso ni nada se volvió a subir las bragas y se recolocó la falda para
volver a sentarse.
- ¿Qué
haces?
- ¿Pues
sentarme, no lo ves?
- ¿Te he
dado yo permiso para que lo hagas? ¡¡Levántate ahora mismo, quítate esas
bragas y dámelas!!
medio refunfuñando se
levantó y con cierto sigilo metió sus manos por debajo de su falda, se las bajó
y me las dio a regañadientes.
- No tienes
ninguna marca, pero te aseguro que las vas a tener. Tira para el baño de
chicas y me esperas allí, voy ahora mismo. Cuando llegue quiero verte con
las manos en la pared, tu falda levantada y ese culo díscolo que tienes
bien expuesto que me voy a encargar de que llegue a casa con las marcas
que decías tener.
Se fue medio rechistando y medio enfadada...
Se hizo de rogar, como para estar esperándole en posición...
Nada más sentir las pisadas se le puso un nudo en el estómago...
- ¿SE PUEDE
SABER QUE HACES?
- ¡¡¡Aquí,
esperando al señorito y sus caprichos!!!
- ¿QUE PARTE
DE ESTAR APOYADA EN LA PARED Y CON LA FALDA SUBIDA NO HAS ENTENDIDO?
- Cómo tú
comprenderás no tengo otra cosa mejor que hacer, y si hay que discutir
mejor aquí, ¿No crees?
- YO NO
DISCUTO BICHITO MÍO.
Y
diciendo eso le agarré por un brazo y la levanté, me senté y la tumbé en mis
rodillas en Ipso facto, no la dio tiempo a reaccionar, ¡¡¡cuando se quiso dar
cuenta la estaba calentando el culo!!!
PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS
- Ehhhh que
me dejes, sueltaaaaaa!!!! joderrrrr!!
- ¡¡¡ESA
BOCA!!!
PLASSS PLASS PLASSS
PLASSS
- Paraaaaaaaaaaa!!!!
Que puede entrar alguien.
- Pararé
cuando yo lo considere
PLASS PLASS PLASSS PLASSS
Se oyeron unos
pasos y paré…
Esperé hasta dejar de escuchar el sonido de las pisadas saliendo del baño y la puerta cerrándose tras ella.
- Vale Bichito, prométeme que ahora te vas a levantar y poner en la posición que te dije.
- Yo no prometo nada ya lo sabes.
- Mi Bichito., no sé porque eres tan cabezona y desobediente. Anda arréglate un poco y salgamos a tomar esa copa que el hielo se va a deshacer del todo.
Salí primero y la deje sola en el baño, al poco rato salió ella y se sentó junto a mí. Nos pusimos a charlar un poco, la conté el proyecto que me acababan de proponer. Parecía mostrar interés y preguntaba cosas relacionadas con la propuesta. El dueño del local se acercó y nos dijo que estaban apuntó de cerrar que fuéramos terminando. La tomé del pelo con sumo cuidado, la atraje hasta mi boca y nos fundimos en un profundo beso apasionado, mientras mi mano se hacía un camino entre sus piernas buscándola para comprobar si estaba mojada. Un respingo de su parte y un cierre de piernas para no dejarme llegar, pero mi mirada y mi entrecejo fruncido la hizo declinar seguir con esa actitud. Saque mi mano de su entre pierna, termine el beso y al oído la empecé hablar.
- Sigues siendo una niña muy desobediente y borde como tú sola, no creas que tu castigo de hoy ha terminado, tengo algunas ideas para lo que nos resta de la noche y esas marcas que decías tener las vas a tener de verdad. Así que mejor terminemos la copa y vamos para casa, que ya verás como mañana te va a doler el culo de verdad y podremos ver las secuelas que dices tener ahora.
Las marcas en las nalgas, su evolución, permanencia… son una gran fuente de complicidad y excitación compartida en la pareja; no se me ocurre si existe algo así en el sexo vainilla.
ResponderEliminarUipsss pues no sé si existe algo similar en el sexo vainilla...
EliminarY sí, estoy de acuerdo que las marcas tienen un plus de excitación, complicidad y vínculo entre dos personas que viven el maravilloso mundo del spanking.