miércoles, 6 de enero de 2021

Buitrago de Lozoya I (Relato)


Autora (Cloe)


Acababa de pasar la navidad para mi gran suerte jajajaaa, son fechas que no sé por qué, pero no soporto. Y habíamos decidido cogernos unos días en enero, salir de la ciudad y desconectar de la multitud, se agradece y mucho. ¡¡¡Así que, estaba contenta por partida doble!!! 

Había decidido él que nos fuésemos unos días a Buitrago de Lozoya, un pueblo al norte de Madrid con un encanto muy especial.

Me había dicho que metiera en mi maleta una de mis paletas de bambú y mi cepillo del pelo… No me hizo mucha gracia el tema, a lo que no pude evitar preguntar:

  • ¿Y para qué quieres que lo lleve?
  • ¿Te tengo que recordar los asuntos pendientes que tenemos que resolver?
  • mmm pues no!! no hace falta!!!
  • ¡¡¡Eso creía yo, ya lo hablamos cuando lleguemos allí!!!

Sinceramente, no sabía a qué asuntos pendientes se refería… y aunque preferí no preguntarle, sí que estuve dando vueltas a mi cabeza, y no me vino nada. Por otro lado, cuando estaba haciendo la maleta, preferí no obedecer, así que no los llevé.

De camino a Buitrago en el coche mantuvimos una conversación tras otra, hablamos de muchas cosas, escuchamos música, y cuando salía alguna que me sabía no podía evitar cantarla y medio bailar con los hombros y brazos, jajaaa

Cuando llegamos al apartamento nos cautivó, prácticamente todo diáfano como a mí me gusta, menos la habitación, nos encantó la chimenea y el suelo, que era radiante, ¡¡¡Podía ir descalza!!! y sin que me regañara. Jajajaaa

Dejamos las maletas en la habitación, no sin antes preguntarme si había metido lo que me pidió. A lo que no pude evitar poner cara de tierra trágame, haber que digo ahora…

  • Upssss se me ha olvidado!!! Lo siento... _Arrugué mi nariz, aun así, no coló_
  • ¿Cómo? ¡¡¡No me lo creo!!!
  • Jooooo que sí, se me ha olvidado...
  • ¡¡¡Mírame a los ojos!!!  _le miré y le dije:_
  • Por cierto, no sé todavía la falta que he cometido... Lo estuve dando vueltas y no me acordé de nada importante que haya hecho.
  • Cambiar de tema se te da muy bien.
  • Viene a colisión, por si no te has dado cuenta.
  • Ah como no te acordabas de lo que has hecho pensaste, para qué voy a llevar nada, si no hay motivo para unos azotes, ¿No es así?
  • Bueno, más o menos, sí, pensé en no meterlo, aunque luego pensé que sí y al final... ¡¡¡Se me olvidó!!!
  • Ya... ¿Qué voy hacer contigo?
  • mmm ¿Quererme? _poniendo carita de niña buena_
  • ¡¡¡Lo que realmente quiero en este momento es ponerte el culo rojo como un tomate, y ahora con más motivo!!!

Me puse roja al instante, y no supe más que decir...

Me recordó que hace unos días tenía un toque de queda impuesto por él, por motivos que no vienen a cuento en estos momentos. El caso es que me dijo que tenía que llegar a casa a las 23:00 y claro está, no le hice caso… además coincidió con un viaje suyo y bueno… que no estaba presente en ese momento con lo cual, me lo salté.

  • ¿Ya te acuerdas?
  • ¡¡Ahora que lo dices sí, pero eso fue hace mucho!! ¡¡¡ Por lo menos un mes!!!
  • No, menos, hará quince días, además, ¿Eso qué más da?
  • ¿Cómo qué más da? ¡¡¡Pues que los castigos si no se dan cuando corresponden, prescriben!!!
  • Jajajajaa  _Se rio de primeras, luego muy serio me dijo: Por mucho tiempo que pase, las faltas no caducan. Además, eso lo decido yo, no tú. ¡Venga, coge el abrigo que nos vamos de compras, y tomaré en cuenta lo que has hecho, que lo sepas!_

Cogí el abrigo medio refunfuñando y rezando porque no hubiera tiendas de artesanía, fui cruzando los dedos mientras íbamos paseando…

Dimos con una tienda de alimentación, con productos para el hogar, y regalos artesanos, él me miró y me sonrió y yo le miré, le hice una mueca y le saqué la lengua.

En la segunda planta había cestos con diferentes artículos de madera, cucharas, tenedores, espátulas, más grandes, más pequeñas… parece que estaba hecha aposta para nosotros.

Al final se decantó por una tabla de madera, y con un agujero en el mango, obviamente con idea de dejarla colgada y reservada para resolver nuestros asuntos.

Y justo cuando íbamos a bajar, nos topamos con una vitrina con productos de baño… Y para sorpresa, había cepillos para el pelo y para la ducha. Cuando quieres comprar uno, no lo encuentras, y cuando no lo quieres aparecen por arte de magia.

Optó por un cepillo para el pelo, que probó in situ en mi culo, y como no, la tabla también. Coincidió que en ese momento no había gente a la vista, y no pude evitar decir ¡¡auhhhhh!! con cada azote que me dio.

Reconozco que la idea de comprar productos aparentemente normales para el resto del mundo, sabiendo que nosotros le damos otro uso, me pone muy cachonda… es nuestro gran secreto.

Cuando llegamos al apartamento me quitó el abrigo y que ordenó que me quedara mirando la pared, señalándome con el dedo el lugar, además con el pantalón y las bragas bajado. Ese detalle último me hizo estremecer sin querer, y aunque me excitaba muchísimo verme así, no pude evitar protestar por el camino...

No tardó mucho en aparecer y en empezar a echarme la charla, primero por desobedecer con el toque de queda y por no meter los instrumentos que me pidió. Así que me dijo que el castigo sería doble.

De primeras, colocó una silla detrás de mí y me pidió que me subiera las bragas y el pantalón y que fuera donde estaba él. Me acerqué, nos miramos a los ojos, mi mirada era un tanto altiva y la suya seria, y con un gesto me indicó que me pusiera en posición.

Me lo pensé y me quedé mirando como diciendo, mmm no sé si quiero obedecer… no tuve mucha reacción porque tiró de mi brazo colocándome él y a la vez que empezó a sacudirme, me dijo:

  • Si te digo que te pongas en posición, lo tienes que hacer, ¿Queda claro?

Plas Plas Plas Plas Plas Plasssssss

  • ¡¡¡Auhhhhhh!!! 

Me ayudó a reincorporarme y me dijo, muy bien, hazlo tú sola. ¡Ponte en mis rodillas! mmmm no sólo le miré con cara de ¿Cómo dices? Sino que además di un pasito para atrás. A lo que él con cara de más enfadado aun tuvo que estirar su brazo para volver a tirar de mí y antes de colocarme me desabrochó el botón del pantalón vaquero y me lo bajó. Me dejó las bragas puestas y me volvió a dar otra oportunidad. Me lo volvió a pedir con su mirada… y yo volví a mirarle con cara desafiante. No le quedó más remedio que volver a colocarme él.

Plas Plas Plas Plas Plas Plassssssssss

  • Ya veo que lo tuyo no tiene remedio... ¿o sí...? Lo comprobaremos...

Plas Plas Plas Plas Plas Plassssssssss

Los azotes eran más fuertes que los primeros, además también es cierto que antes llevaba protección con lo cual la diferencia era bastante grande. En este momento estaba en bragas, y los sentía mucho más…

Plas Plas Plas Plas Plas Plassssssssss

Me volvió a reincorporar, dándome una tercera oportunidad… el culo me empezaba a escocer un poco, aun así mi orgullo es bastante porculero a veces, y no quería dar mi brazo a torcer, aunque es posible que luego me arrepintiera. Pero así de entrada no quería… Además, me sentaba fatal lo que me estaba haciendo…

  • ¿Y bien?
  • ¿Y bien qué?
  • Ya veo que eres terca como una mula... pero acabaré por domesticarte, no te quepa duda.

Me bajó las bragas por debajo del culo y me volvió a poner en su regazo, y siguió con la cantinela del plas plas plas

Por momentos subía la intensidad y no podía evitar patalear y quejarme con pequeños gruñidos que salían de mi garganta. Luego paraba, me acariciaba y seguía dándome, pero más suave… lo iba intercalando. Poco a poco la intensidad era cada vez mayor y los que eran más suaves también fueron cogiendo más fuerza. Llegó un momento que me costaba soportarlos, y con esas, él siguió tirando de la cuerda… Al final no pude evitar decir en un momento de desesperación.

  • Valeeeeeeeee ¡¡¡Me rindo!!!

Paró, me incorporé con su ayuda, le miré con ojos de cordero degollado mientras me frotaba mi culo que me ardía a rabiar.

  • ¿Qué, pica?
  • Siiiii
  • ¿O pica más tu orgullo?
  • mmmm las dos cosas por igual, creo yo.
  • ¿Quiero ver cómo te colocas tú solita?

Resoplé por lo bajinis, y tomando aire obedecí, me puse en sus rodillas sin más… como si nada…

  • ¡¡¡Así me gusta!!! ¿Ves como no es tan difícil obedecer?

Dándome una especie de tregua, me acariciaba el trasero, aunque no tardó mucho en volver con la azotaina que había iniciado... 

Plas Plas Plassss Plassss Plasssss

Esto no ha hecho más que empezar, me dijo muy serio!!!!


Para ver la segunda parte 👉 pincha aquí


10 comentarios:

  1. Bravo por el relato. Lo que más me gusta es la 'doma', hasta lograr que dé su brazo a torcer y acepte la orden. Y muy acertado que esa órden sea precisamente la humillación de ponerse ella misma en posición, aceptando su puesto... y su castigo. Y también perfecto que, en vez de parar ahí, una vez dado su brazo a torcer, siga recibiendo alguna tanda más de azotes :)
    Esperemos la seguna parte, que promete.

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    1. Me alegro que te guste MisterEddy,
      Coincidimos con la 'doma' me resulta más que excitante todo lo que conlleva...

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    2. Muy cierto, cuanto mayor es el orgullo, más morboso el castigo y es proceso mental hasta vencerlo y tener que aceptar, aunque sea a regañadientes (aunque seguro que también excitada), su puesto.

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  2. La cosa va a acabar con el culo de la chica muy caliente, por suerte lo puede refrescar sentándose un rato en la nieve xD

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  3. Me han encantado este relato...tiene puntos muy interesantes.

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  4. Me encantó tu historia, la dualidad de querer ese azote y tratar de hacerlo escapar de todos modos. El orgullo y la provocación de la joven y la intransigencia, la ternura, la firmeza, la complicidad que se siente del hombre y de esta relación ... ^^

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doyluzamisombra@gmail.com