Autora: Brendy
Mis negocios comenzaron a ser un gran éxito, estaba feliz y espléndida del dinero que me ingresaba, pero ya todo estaba tan calmo que me comenzaba a aburrir de la rutina. Fue entonces cuando unas semanas después revisando mi e-mail, vi una propuesta laboral en México de un empresario anónimo.
Si respondía con tan solo, acepto, en pocas horas ya tendría mis pasajes y dinero para asistir a la reunión.
- Espera Bren! me dije a mí misma, estás loca? ¿Cómo podés aceptar algo así, sin saber quién es!!!!???-
- Maldita conciencia, ya cállate!!!!-
ACEPTO, ENTER.
Saltaba, bailaba de felicidad, por fin viajaría a México. Esa tarde fui a comprar hermosos vestidos, zapatos y carteras. Mi corazón estallaba de felicidad. No pude evitar al regresar a casa y enviar un mensaje a dos personas que amaría poder conocerlos en mi gran viaje.
- Pablo... soy Bren, en unas semanas viajaré a México, podremos vernos?
Visto ✔
- Micaela... siento alejarme de vos, sólo pensé que no me hablarías tan feo por lo sucedido, viajaré a México, podremos vernos?
Visto ✔
Ninguno de los dos respondía, ya más no podía hacer...
Mi gran día llegó, subí al avión y con muchas ansias esperaba ver a ese gran empresario que me envió semejante invitación.
Bajé del avión, un Uber me esperaba ya para llevarme al lugar, por un momento pensé, si quizás era ya el último día de mi vida, o el mejor día.
Al bajar del coche me encontraba en la puerta de un hotel, al entrar fui a recepción y me entregaron un sobre que decía:
- Gracias Bren, por llegar hasta México, tienes una habitación a tu disposición para alojarte hasta mañana a la mañana que nos encontremos en mi oficina -
Cuando abrí la puerta, no podía creer lo hermosa que era la habitación que me dio ese hombre tan misterioso. Tomé un lindo baño de espuma, preparé mi cabello, mis uñas y mi mejor vestido. Esa noche fui imposible dormir, estaba en México!! Cuantas emociones y a punto de saber de él...
El gran día llegó.
Comencé a vestirme, arreglarme y bajé al desayuno, no me pasaba bocado, sólo miraba la hora en que el uber estuviera en la puerta para llevarme.
Cuando bajé del coche, un enorme y hermoso edificio se encontraba frente a mí. Carajos! Piso 20!
Agsshhh, odio los ascensores, me dan pánicos pero 20 pisos en tacos sería imposible, tomé coraje y subí a uno, me transpiraban las manos, entre ese encierro y las ansias que traía.
Llegué al número de oficina indicado, la puerta estaba entre abierta, golpeo y me anuncio.
- Hola, soy Brenda.
- Adelante señorita.
Wooo una super super oficina, pero comencé a sentir algo raro, él estaba en su silla de escritorio de espaldas.
- Toma asiento..
- Ya lo hice, jejeje
- No me extrañaría, respondió.
- Acaso, no es usted fans de enamorarse, charlar, relacionarse con gente que no ve, cual es la diferencia?
- Wtf, de dónde me conoce? Ya estoy, me inquieta, no lo estoy comprendiendo.
- Ya comprenderás, baja tus ansias.
- Pero no entiendo, cómo es que, bueno... siga...
- Mira, no estoy de dar vueltas en el asunto, pero creí necesario generar esto.
Giró a penas su silla para alcanzar su notebook y apretar un enter.
Comenzó mágicamente a salir muchísimas hojas de su impresora. Imaginé que sería mi contrato.
- Párate Bren y ve por ellas.
- Claro señor misterioso jajaja
Mi risa terminó cuando vi las hojas, desplomé en la silla.
- No entiendo que está pasando?
Su silla comenzó a girar y no podía evitar estar feliz y nerviosa a la vez, ese traje que lo resaltaba, esa mirada que no se ablandaba por nada.
- Pablo? Sos vos?
- Así es jovencita, soy yo, quien hoy te quería sentada frente a mí, temerosa, ansiosa y sobre todo tan bella y elegante.
Eso que traes en tus manos son la cantidad de mensajes que me enviaste sabiendo que ya no tenía interés en vos. Sabiendo que me pareces una persona totalmente insolente, sin respeto alguno, y sobre todo que no entiendes cuando alguien ya no quiere saber de vos.
- Aggshhh de un alago ya me condenas, pffff, tan poco están feos mis mensajes, por cierto en persona te ves agradable.
- No estás acá para nada de alagos, tenemos un negocio pendiente, a eso te hice venir.
- wooooo, seré tu secretaria? Mmmm
- No sueñes Bren, en esa mesa está tu contrato.
Me levanté muy rápido a agarrarlo, y comencé a leerlo.
OMG, Pablo que es eso!!
- Bueno, creo que fuiste muy insistente en querer ser mi amiga, y tuve que tomar un gran tiempo de análisis para poder volver a hablar con vos. Ya que muchas veces me resultas una pérdida de tiempo y sobre todo desagradable.
Esas son mis condiciones para volver a ser tu amigo.
Si aceptas, sólo ve a cerrar la puerta, y sino el uber abajo te llevará al hotel a recoger tus cosas y al aeropuerto.
- Pero Pablo, sabes que...
- No lo hagas largo, piensa rápido como siempre lo haces.
Respiré profundo y fui a cerrar la puerta.
Siempre soñé este momento, pero claro, del sueño a la realidad había una tremenda diferencia. Estaba con el spanker que más me impactó en 7 años del medio, pero él no era mi ex-spanker, no tendría piedad de mi llantos y eso me atemorizaba, no quería mostrarme frágil y débil, quería ser especial para él.
No terminaron de pasar todas esas cosas por mi mente que ya estaba en sus rodillas, comenzando a sentir cada nalgada sobre mi vestido, era algo soñado realmente pero era sólo el comienzo.
Sabía lo duro que sería después de tantos años de amistad y tantos pleitos por mi mal comportamiento.
Cuando mis nalgas comenzaron arder, él lentamente con tanta delicadeza levantó mi vestido.
- Que bellas nalgas argentinas, dijo, no pude evitar sonreír y humedecer mis labios vaginales, su cuerpo se sentía tan firme, tan ejercitado que me sentía en el paraíso, sintiendo su abdomen duro y trabajado, pero ya saben la mezcla de sentimientos que causa el spank, que del placer volamos en dos segundos al dolor y escándolo.
- Pablo, ya creo que fue suficiente.
- Para ti nunca lo es, afloja que voy iniciando.
Las nalgas fueron intensas, mi cola ya tenía color y calor.
Fue entonces que fue parando y me levantó, me llevó a su escritorio y me volcó en él. Sentí como desabrochaba su cinturón, cerré mis ojos, tenía que ser fuerte y valiente.
Muy bien Bren, ahora aclaremos mejor las cosas.
1.- Cuando no respondo, es porque estoy ocupado, o simplemente no quiero hacerlo, no debes ponerte intensa.
Plafffff
- Aggshhhh un momento, no me responde a mí pero sí a medio face que publica tonterías.
Plaffff
Plaffff
Plaffff
- Yeaaaaaa Dios duele!!!
- ¿No me escuchaste el punto 1? Repítelo ahora!!
- Sólo te cuestioné.
Plaffff Plaffff Plafffff
- No quiero que una mocosa como vos me cuestione nada.
Plafff Plaffff Plafffff
Aggshhhhh que dolor ya tenía, cerraba mis ojos y solté un sí lo acepto.
- Muy bien Bren, punto 2.- Si regreso a tu face no quiero leer nada grosero, ni cosas de tu estilo que sabes que no tolero.
Quedé en silencio, o sea es mi face!!!!
Plaf Plaf Plaf Plaf
- Yaaaaaqqqqq okkkkkk, acepto Pablo!
- Muy bien, y estos 10 serán por descuidada por irte y meterte con cualquiera sin cuidarte, por aceptar invitación sin conocer, quiero que seas más responsable en todo. Quiero estar orgulloso de vos alguna vez y saber que todo lo que te aporte lo usaste, no quiero volver a perder mi tiempo.
Fueron diez azotes muy fuertes que me hicieron soltar mis lágrimas, el dolor físico y emocional era muy fuerte. Terminó de darlos y me llevó al rincón. Estaba desplomada en llanto y me dio un hermoso abrazo.
Sólo yo sé todo lo que ese hombre provocaba en mí. Era el hombre que tenía todo lo que amaba. Una parte tan igual a mi padre, en él vivía un pedacito de mi papá. Y el spanker y amigo que siempre soñé e imaginé de mis 17 años. No podía dejar sentir tanto gusto de estar a su lado.
Me pidió que acomodara mi ropa y que regresara al hotel a reflexionar.
Lo saludé y bajé al uber, esperando ver que acepte mi solicitud nuevamente de amistad.
Me ha encantado el relato. Parece que uno lo vive en primera persona. Felicidades!
ResponderEliminarMe alegro que te guste!!! ;-)
EliminarNo se porque mi instinto me decía que ese desconocido debía ser Pablo, me encantó el relato
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado Lau!
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