miércoles, 10 de junio de 2020

Por chula (Relato)


Autora: Marta

Aparecían ya los primeros días de buen tiempo, sol, días más largos... una verdadera delicia. Además el mes de Junio es uno de mis favoritos, se empieza a respirar diferente, cambio de armario, guardar los abrigos, las botas, guauuuu y sacar la otra ropita... Yo empezaba a andar por casa más ligera de ropa y descalza, me encanta andar sin zapatillas, además es una de las cosas que más me gusta del verano, estar sin calzado y desnuda siempre que pueda y esté donde esté.

Habíamos salido a la calle y estábamos en una terraza tomando el vermut y de repente me entraron unas ganas tremendas de que me tocara los pies, así que me quité los zapatos y los puse encima de sus piernas, no sin antes haberle toquiteado un poco la entrepierna... jijijiii Me miró arqueando sus cejas y con cara de ¡No vayas por ahí!... Obedecí y paré mientras le mostraba una sonrisilla de oreja a oreja...
  • Uhmmmmm un masajito... porfaaaaa
No me dijo nada y directamente me cogió los pies y se puso a masajearlos, me encanta!!! No me pone cachonda pero aún así me fascinan que me los toque.
  • Uhmmmm que gustooooo por Diossssssss
  • Los tienes fríos!!!
  • Yaaaaa siempre están fríos, me podías quitar el calcetín...
  • No!! Que hace poco has estado con fiebre, ¿Recuerdas?
  • Pero ya estoy bien!!!
  • He dicho que No!!
Después de masajearme un pie y luego el otro... me puso los zapatos, pagamos la cuenta y nos fuimos a comer a casa.

Nada más llegar lo primero que hice fue descalzarme y como tenía calor no me puse las zapatillas, preferí quedarme descalza.
  • No andes así y ponte las zapatillas!!
  • Que pesadito estás, no hace frío y además estoy con los calcetines!!
  • Te tengo que volver a recordar que hace dos días estuviste enferma? ¡Póntelas!
  • Jolinessssss que no hace frío, estamos en casa, no en la calle! y ya no tengo fiebre, ¿Cómo te lo tengo que decir?
  • ¿Encima te vas a poner chula? 
  • Pues sí! Y con las mismas me quité los calcetines y se los tiré!!!
Directamente vino hacia mí y mi reacción fue salir de la habitación, a veces cuando ya no puedo poner remedio no sé porqué intento posponer lo que me viene encima.
Me metí en el baño y se metió detrás, me dio la vuelta y nuestras miradas se cruzaron, la suya era amenazante y la mía entre desafiante y enfadada.

Y con la misma, estando de pie se quitó una de sus zapatillas de andar por casa me cogió de la cintura por detrás dejando mi culo expuesto y me dijo: Te vas a poner las zapatillas, si no lo entiendes por las buenas, te tocará entenderlo por las malas... Y con las mismas, empezó a darme en el culo con ella... zasss zassss zassss

  • Auhhhhhhhhhhhhh
Después de un ratito e intenso momento, me dijo: Coge el termómetro!! Quiero comprobar si tienes fiebre!
  • No tengo!! Eso fue el otro día, ahora no tengo, estoy bien!!
  • ¡He dicho que lo cojas!
  • ¡No quiero! -se lo dije con la mirada baja y la voz entre temblorosa y aniñada-
Lo cogió él y me lo puso en la mano y cerró el puño.
  • Tú llevas el termómetro y yo llevo el cepillo -cogió el de la ducha que tenemos colgado detrás de la puerta del baño-
Se me revolvió un poco la tripa, si el cepillo del pelo me duele el de la ducha casi más... Y el termómetro me provocó sólo de pensarlo, mucha vergüenza, rabia, humillación y ... excitación... un popurrí de todas estas emociones.

Me cogió de la muñeca y me llevó al salón, se sentó en el sofá. Dejó el cepillo a un lado, me dejó de pie delante de él, me bajó el pantaloncito que me había puesto para estar por casa, después las braguitas... y con el culo al aire me colocó en sus rodillas. Me escocía un pelín por los azotes que me acaba de dar en el baño. Me pidió el termómetro que seguía en mi mano apretada y se lo di.
  • Te vas a llevar una buena por andar descalza, desobedecerme y ponerte chulita. Y reza para que no tengas fiebre!!
Yo me quedé muda, no salió nada de mi boca, y también me quedé quietecita, 
Me separó un cachete del otro y primero me metió un dedo y estuvo jugando con mi ano... para después introducirme poco a poco el termómetro. 

Y así de esa guisa me tocó estar durante cinco minutos con el termómetro y aguantando encima su regañina... aunque también mientras, por otro lado, me acariciaba el culo...

Pudo comprobar al quitarme el termómetro que efectivamente no tenía fiebre, ya lo sabía yo!! pero con tal de salirse con la suya!!
Después me cayó una buena zurra primero con la mano, esa la aguanté bien. Luego pasó al cepillo y bufffff todavía me duele el culo de pensarlo. Me dio bastantes y cuando empecé a retorcerme paró y me dijo que fuera a reflexionar al rincón por mi comportamiento, no sin decirme antes que fuera a la habitación a ponerme las zapatillas. Me sentó mal no, lo siguiente... Aún así no me quedó otra que ir a por ellas.

Después de estar expuesta en el rincón con el culo rojo como un tomate durante un rato, se levantó y le sentí detrás de mí... Me tocó la vulva y comprobó que estaba empapada.
  • Vaya, vaya lo que tenemos aquí, castigada y mojada... ¿Te parece bonito?
No dije nada... solo gemí...
  • Todavía no hemos terminado... -mientras me daba unas palmadas en la vulva-
Cogió una silla y se sentó, me dijo que fuera, me acerqué totalmente excitada y a la vez temerosa porque no sabía lo que pasaba por su cabeza.
  • Vamos a terminar como empezamos, quítame la zapatilla y dámela! 
Con cara de incredulidad no me quedó más remedio que quitársela y cuando lo hice me entraron unas ganas tremendas de estampársela en su cara, obviamente sólo me lo imaginé, no lo hice... La suela de sus zapatillas es más dura que blanda y Joder lo que duele!!  Aún así, obedecí y se la di, y con un gesto me dijo que me tumbara en sus rodillas. Obedecí sin rechistar, primero me acarició eso sí, mientras me decía:
  • ¿Vas a volver a andar descalza?
  • No... (cualquiera le decía lo contrario...)
  • Bien! Eso espero!
Y sin más me empezó a dar una buena tunda, más suaves que los primeros que me dio en el baño, aunque ésta vez la cantidad fueron más y además mi culo ya estaba dolorido y magullado, aún así me cayeron igualmente.

Los últimos los aguanté como pude, ya no sabía como ponerme, buffff me tocó ver un rato las estrellas durante la última tanda.
Eso sí, cuando terminó estaba muy muy excitada, me acarició el culete durante un ratito, me encantó... y a la vez me subió el calentón que ya llevaba encima por su forma de hablarme, mirarme, sus gestos, su actitud y su energía... Todo él y toda la situación hizo que me empapara.

Me sentó sobre su regazo y acto seguido me recoloqué para acabar a horcajadas encima de él y en plan mimosona, mientras seguía acariciando mi culete yo le daba besitos por el cuello y la cara, hasta terminar comiéndole la boca... le desabroché el pantalón para después quitárselo y bajarle los boxer... Todavía recuerdo como su pene erecto se metía despacio en mi vagina y poco a poco y cada vez cogiendo más fuerza y ritmo acabamos trotando como si no hubiera un mañana...

5 comentarios:

  1. Sin duda los pies es una buena forma por donde empezar

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  2. Y el culo por donde acabar!! jajaja

    Me ha encantado la frescura del relato...son estas situaciones cotidianas las que más disfruto!

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  3. Jajaja sin duda siiii estoy de acuerdo con los dos, empezar por los pies y acabar por el culo!!! XD

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  4. Está demostrado que lo que no consiga una buena zapatilla... jajaja

    Además, es muy buen detalle el tener que quitar la zapatilla y entregarla en la mano... además de humillante, te hace ver lo que te espera

    Muy buen relato

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    1. Me alegro que te guste el relato Raúl,
      La verdad que sí, que una buena zapatilla es la leche!!!
      Jajajaa

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