miércoles, 30 de septiembre de 2020

Otk and sent to the corner (Vídeo)




(Ver primero el vídeo)

Me he encontrado otro vídeo de una pareja amateur, son los que más me gusta porque se ve siempre la autenticidad de ambos. 

Para mí los verdaderos actores/actrices que te puedes encontrar son las personas de a pie, porque muestran sus emociones tal cual y no tienen que fingir, con lo cual ves la veracidad... te llega. Y en este caso los amantes del spanking nos sentimos identificados al ver la escena, o yo por lo menos sí.

Se da ese momento de rincón, dónde se puede apreciar el castigo de la humillación antes de. Esa bajada de pantalón y bragas, exposición y nervios antes de recibirlos.

Cuando la pone en sus rodillas le sube el pantalón y las bragas para ir por capas y despacio. Y aunque no parece que le de muy fuerte (yo creo que es porque el sonido no es muy bueno), sí que va subiendo de intensidad. Además ella lo expresa y se ve que la duele y la deja marcas...

Destaco el llanto de ella y su expresividad, y el in crescendo de la azotaina junto con la autoridad de él. Lo que me falta es el aftercare, el abrazo y los mimos... 

Las imagenes y el sonido no son muy buenos, pero se puede ver perfectamente. Otra cosa que me sobra del vídeo son los perros y el espacio que se ve tan desordenado porque te saca, digamos que son interferencias para la vista.


miércoles, 23 de septiembre de 2020

La eficiencia de la Disciplina Doméstica (Por María Paula)



Esta entrada pertenece a María Paula y me ha gustado muy mucho cómo explica su vivencia con la DD en la relación con su marido. Me parece bastante coherente con todo lo que explica y perfectamente real a la hora de llevarlo a cabo. Lo cuenta con todos los detalles posibles y eso hace que la lectura sea muy fresca, amena y fácil de leer. Espero que lo disfrutéis tanto como yo cuando lo leí por primera vez.


Recorriendo foros, blogs y páginas relacionadas con el mundo spanko, he encontrado numerosos comentarios que sostienen la idea de que la disciplina doméstica es en realidad una falsa disciplina pues como a la spankee le gusta que le azoten, entonces se portará mal para recibir lo que en realidad se muere por recibir. Si bien esta idea encierra una verdad (''a la spankee le gusta que le azoten''), no es cierto que la DD no sea eficiente y discipline a la spankee. Sin ir más lejos yo puedo dar cuenta de cómo, cuando no practicaba la DD hice los dos primeros años lectivos de mi carrera profesional en la prolongada suma de 5 años. Mientras que una vez que me casé y mi marido me puso los puntos sobre las íes (y/o las tildes como en este caso), cursé los 3 años restantes en la módica suma... de... ¡tres años!

No pretendo escribir el manual de la correcta disciplina doméstica. Pero se me ocurre que por lo menos puedo explicar porqué funciona en nuestra pareja y que, si bien en algunos casos alguien puede vivirla como una fantasía y un juego para ganarse unos lindos azotes eróticos, la disciplina doméstica es eso: una forma de disciplinar a uno de los componentes de la pareja para que no cometa errores e irresponsabilidades que a la larga o a la corta desarmonicen la vida conyugal. Creo que cuando una pareja toma la decisión de mantener una relación de disciplina doméstica deben quedar en claro unas cuantas cosas. La primera es obvia y nunca está demás repetirla: Debe haber consenso, absoluto acuerdo entre los integrantes de la pareja acerca de cuales serán las faltas a castigar y cómo. Ejemplos. Aunque a mi esposo Marcos le gustaría azotarme cada vez que prendo un cigarrillo, acordamos que eso no era parte de falta castigable pues es una adicción (fea y que me hace mal, lo reconozco, pero adicción al fin). Y los azotes no me van a sacar la nicotina del cuerpo, sólo lo podrá hacer mi fuerza de voluntad que para esto es casi nula (ya veré en el futuro cómo soluciono el problema, pero seguramente no será por medio de palizas). Sí debo evitar fumar en su presencia o por lo menos en la casa para evitar los olores desagradables; salgo a fumar afuera al patio. Y , detalle interesante, nunca fui castigada por romper esta regla.
Otro.

He leído varios relatos en que maridos severos castigan a sus esposas en ocasiones en las que rompen accidentalmente una taza o algo por el estilo. Acordamos que en nuestra pareja eso no es castigable. Es un accidente y punto. Nada ganamos ni evitamos futuros accidentes de esta manera. El acuerdo pasa por corregirme ciertos defectos ''GRANDES'' que si aparecen con el ritmo que suelen /solían aparecer, pueden provocar disgustos, tensiones y problemas varios en nuestra convivencia. Hablé antes de cómo sin DD tardaba mucho en aprobar mis materias y los años pasaban, las personas que habían empezado a estudiando conmigo se recibían y yo todavía estaba estudiando materias de segundo año. Ese es uno de mis principales defectos. La palabra técnica es procastinación que en criollo significa: ''una exacerbada tendencia a dejar para más adelante lo que se puede hacer hoy''. Soy muy vaga, me gusta sentarme a leer, escuchar música, ver películas (soy cinéfila); o regar las plantas y otros menesteres entretenidos como jugar con el gato.

Todo lo que sea trabajo, responsabilidad, cumplir horarios y metas, me resulta muy difícil. Esto me trajo siempre muchos problemas desde muy pequeña y me gustaría (y me conviene) corregirlo. Así que cuando yo no cumplo con alguna de mis responsabilidades o me meto en problemas por hacer las cosas rápido y mal, soy castigada. ¿He mejorado a través de los azotes recibidos? Sí. ¿Completamente? No, pero cada vez recibo menos palizas por ese motivo. Realmente tuve una época en que las recibía casi a diario. El castigo y/o el miedo al castigo funcionó. La diferencia con los azotes juguetones y eróticos es notable. Cuando me da nalgadas como juego previo al sexo, además del placer de la nalgada que se convierte en placer sexual en una spankee, sé que en el corto plazo recibiré el placer de ''hacer el amor'' y que de alguna manera ya he empezado a hacer el amor. Pero cuando soy azotada con el cinturón porque cometí una falta, sé que en el corto plazo estaré desnuda en el rincón, mirando la pared con mis manos en la nuca, sollozando, sintiéndome culpable y avergonzada y mostrando mi culo rayado por los lonjazos mientras escucho las últimas recriminaciones que me recuerdan el mal que he hecho y los problemas que he causado.

Me gustaría terminar con la narración, las ultimas palizas recibidas porque sé que a la mayoría es la parte que más les gusta. 
Hace unos meses nos mudamos y la tarea de desarmar la casa estuvo a cargo de los dos (él se tomó unos días en el trabajo para este menester). Bajo su supervisión funcionó muy bien y fui de gran ayuda. Pero la tarea de vaciar las cajas y acomodar todo en la casa nueva debía correr sólo por mi cuenta. De entrada me parecía una tarea titánica y dificilísima para mi mente con cero capacidad de organización. Así que el primer día, no pude hacer nada; además recibí la ''colaboración'' de parientes y amigos que venían a ''chusmear'' la casa nueva y a ''ayudar'' y lo que menos hacían era eso. Así que esa noche recibí mis nalgadas sobre sus rodillas y no hubo tiempo para más. Al otro día ocurrió la misma cosa así que esa noche recibí una buena con el cinto. Ustedes creerán que la tercer es la vencida pero no.

Al día siguiente empecé con todo pero a medida que abría cajas la cosa se me ponía caótica y no sabía como seguir. El resultado es que esa noche recibí una paliza con la cane (estaba realmente enojado esta vez). Les confieso que desde el primer azote (o incluso antes mientras me desnudaba) supe que al otro día iba a hacer todo bien. El ''conocimiento'' de como debían hacerse las cosas me cayó del cielo de pronto, jeje. Lo hice tan bien que recibí sus más sinceras felicitaciones, muchos besos y caricias y esa noche hicimos el amor por primera vez en nuestra casa nueva, limpia y ordenada. Más claro, échale agua.

miércoles, 16 de septiembre de 2020

The goop lab


Betty Dodson (Educadora sexual) y Carlin Ross (CEO en la fundación Betty Dodson)

The goop lab es una revista fundada por Gwyneth Paltrow en 2008 y cuya temática es todo lo relacionado con una vida saludable. Netflix lanza la primera temporada de una serie documental de seis capítulos y donde tratan a través de terapias alternativas diferentes prácticas de bienestar. Con testimonios de expertos que practican ensayos clínicos y donde los trabajadores de goop se prestan voluntarios para experimentar las diferentes propuestas.

De la que os quiero hablar en este post es el tercer capítulo titulado ''el placer es nuestro'' y donde invitan a Betty Dodson, escritora, educadora sexual y pionera en la liberación de la mujer. Realiza talleres donde enseña a mujeres a conocer sus cuerpos y a disfrutar con ellos llegando al orgasmo.    También tengo que decir que tiene 90 años, es increíble, me fascina ver que no los aparenta y comprobar nuevamente que la edad no deja de ser un número.  

En el programa hacen mención a la vergüenza y que es la causa en mucha medida de la falta del placer y de la desinhibición. Yo siempre asemejo la vergüenza con el miedo porque ambas emociones te pueden llegar a paralizar, impidiendo de esta manera que disfrutes con lo que estés haciendo en ese momento, ya sea practicando sexo o cualquier otra actividad. Esto impide también que te dejes llevar y a que te muestres tal y como eres.

Hablan acerca de la sensualidad, autoestima y del amor propio. De lo autocríticas que somos las mujeres con nosotras mismas, así como de la falta de información en relación a la vida sexual femenina y en términos generales en cualquier cultura, llegándose a convertir en un tema tabú. Es algo que está mal visto y que incluso suelen representar a la mujer como la parte que está ahí para dar placer al hombre dejando a un lado el conocerse y el darse placer así mismas. 

Al mismo tiempo nos cuenta Betty que hay diferentes tipos de orgasmos, entre ellos hace mención al orgasmo tenso que tenemos la mayoría de las mujeres, ''me tenso y aguanto la respiración hasta que me corro'' o el otro al que llama ''el del balanceo''. Donde sientes el cuerpo y a la vez te mueves y respiras con naturalidad, éste es el que recomienda y enseña Betty en sus talleres.

El movimiento consiste en mover la pelvis hacia adelante y al subir apretar el pubocoxígeo, está situado en el suelo de la pelvis, y se contrae durante el orgasmo. Que por cierto fortalecer este músculo ayuda a prevenir la incontinencia urinaria y en los varones la eyaculación precoz.

La técnica del orgasmo con balanceo te enseña a combinar la estimulación clitoriana y la penetración vaginal junto con la respiración y el balanceo. Gracias a este método muchas mujeres han conseguido alcanzar el orgasmo cuando antes por sí solas o en compañía no habían logrado experimentarlo. 

Reflexión:

En relación a la vergüenza que tratan en el programa, estoy de acuerdo con lo que dicen. Aun así y en mi caso en concreto a la hora de relacionarme sexualmente, el pudor me ayuda a excitarme, aunque la otra parte tiene que saber cómo hacerlo para conseguir mojarme. Hice una entrada acerca de ello, sino lo has leído y te apetece hacerlo picha aquí  Vergüenza

Por otro lado, hay un momento en que Betty hace mucho hincapié en la importancia de alcanzar el orgasmo. Y aunque, en parte puedo pensar igual que ella, no sé si es por mi condición de spankee que por un lado estoy de acuerdo, pero por otro lado no. Me explico, cuando me ''doy un homenaje'', que sería lo que conocemos como masturbación, aunque darse un homenaje va más allá... El término masturbación digamos que implica sólo la parte de los genitales y la carga energética es menor, en cambio ''darse un homenaje'' conlleva una experiencia más global a todos los niveles y en sí mucho más potente. Y sólo ahí, cuando estoy conmigo y aunque lo hago con la idea de disfrutar, sí que llevo en la mente implícito el orgasmo. Pero cuando estoy recibiendo una zurra no siempre necesito alcanzarlo y la verdad es que ni siquiera pienso en ello, siempre he dicho que con unos buenos azotes soy más que feliz. 

Hay otro detalle del programa que estoy totalmente de acuerdo y es cuando hablan de la importancia de hablar con tu pareja para decirle lo que te gusta y lo que no. Y en relación al mundo del spanking pues exactamente lo mismo, el decirle cómo te gustan es fundamental, ya que la persona con la que estamos no puede leernos la mente, es de sentido común. 

También destaco el valor que dan a conocer tu cuerpo y a proporcionarte placer, de hecho es el mejor de los regalos que puedes darte a ti misma.

Es un programa de lo más interesante, en general todos los capítulos son totalmente recomendables, y en particular del que os estoy haciendo referencia. Si tengo que elegir uno de los seis me quedo con éste.

miércoles, 9 de septiembre de 2020

Juego de poder, a ver quién puede más...




Ya os he hablado en otras entradas de mi forma de vivir el spanking, y aunque no quiero ser repetitiva, sí me apetece volver a escribir y hacer hincapié sobre el juego e intercambio de poder que existe entre el spanker y la spankee. El poder al que me refiero por parte de la spankee, es cuando entregas por un rato tu cuerpo y aprendes en ese momento a callar la mente de los pensamientos limitantes. Pueden aparecer a veces (no siempre) y de forma de diálogo interno. Se presentan desde ¡No así no, lo quiero de otra manera! hasta el  ¡Joder me duele! Digamos que tu ego/mente quiere controlar lo que está sucediendo y si te dejas arrastrar por ello no disfrutarás lo que estás viviendo. Con lo cual es mejor simplemente respirar, dejarte hacer, sentir sin más aunque nos esté doliendo a veces físicamente y otras a nivel de orgullo, simplemente dejarlo estar...
Sólo así podremos conseguir calmar la mente para dejar que se mojen las bragas... si es que aún las llevas puestas...

Está claro que si estás pasando por este momento en tu vida en la actualidad  es porque lo has hablado con tu pareja, o compañero de juegos o llámalo X, (cada uno en la relación que elija estar) y si te encuentras en esa tesitura es porque quieres, y has llegado libre y voluntariamente. Sino, no tiene sentido y estaríamos hablando de otra cosa que ni siquiera voy a nombrar ya que para mí no tiene cabida. Con lo cual, insisto, si estás ahí es porque con antelación le has dado permiso a él/ella y puede tomarlo cuando lo considere más oportuno, aunque a ti no te venga bien recibirlo en ese momento por los motivos que sea, o te esté doliendo el culo cuando lo estés recibiendo...
No me quiero poner de parte del spanker, para nada... pero entiendo que si le cedo mi poder es por algo y no porque sí. Además si estás con la persona adecuada sabrá como hacerlo y como cuidarte en todos los sentidos. 

Mi forma de verlo, sentirlo y vivirlo es lo más parecido a una relación vainilla, donde por encima de todo somos personas, compañeros de viaje, amigos, con quién puedes hablar de todo lo que se te ocurra. Donde se da la confianza plena y existe esa seguridad, tranquilidad en el corazón y paz mental que tanto aprecio en una relación. Y a parte de todo esto, en la intimidad nos relacionamos y vivimos nuestra sexualidad a través de los azotes... Digamos que él termina por ponerme en mi sitio, aunque, no sin haberle montado un numerito previo a... 

¿Y por qué nos intercambiamos el poder?

Porque he ahí la gracia de nuestra relación, si la pelota estuviera siempre sobre el mismo terreno no sería divertido para nosotros. Así es cómo nos gusta, es nuestra manera de relacionarnos.

Cuando la pelota la tengo yo lo disfruto muchísimo porque tener el poder mola, ser tú quién dirige y quién manda tiene su punto. O simplemente incordiar, sólo eso ya es divertido. Y sobre todo cuando sabes que él no puede hacer mucho cuando estáis en un sitio público ''entre comillas'' porque un azote te pueden dar... por ejemplo, yendo por la calle caminando, aún así sabes que no pasará de ahí. Digamos que la parte spankee aprovecha para hacer o decir cosas que sabes que a él/ella no le gustan, o le pillas en un momento donde simplemente te deja hacer... y digamos que vas sumando puntos por subirte a la parra. 

Ese juego e intercambio es algo que sale sólo, fluye... O bien das pie porque te apetece jugar un rato o quieras calentar la situación para que después sea tu culo el que termine calentito. O que sea la parte spanker quien quiera picarte y verte enfurruñada porque eso le gusta y le pone.

Hay que tener muy claro una cosa, y es que cuando él decide coger la pelota es cuando por mucho que me resista o intente seguir con ella porque me estoy divirtiendo y obviamente no quiero soltarla. Al final me va a tocar ceder, o bien por las buenas o por las malas, pero es inevitable y él terminará con la pelota en su tejado sí o sí. 

Está claro que si tu forma de vivirlo es ésta te sentirás identificado/a y sino simplemente te podrá extrañar este estilo de llevar a cabo el spanking. Y entiendo que a las/os sumisas/os de entrega ni se les pasa por la imaginación actuar así y ni les excita, es normal porque su sentir es diferente. En mi caso si tuviera que obedecer y decir a todo que sí, me pasaría exactamente lo mismo.

Igual ocurre con los Dominantes/amos que les gusta que les obedezcan, no conciben este tipo de comportamiento. Se supone que la parte sumisa está para complacer en todo momento a su dueño y en servirle a través de su entrega, devoción y obediencia y así es como la sumisa/o lo vive plenamente y ambos son felices. Y por su puesto sabiendo que cada pareja lo vivirá diferente y no al pie de la letra como se supone que tiene que ser. No existe una forma exacta ni un modelo de pareja en la D/s, y sin ser estrictamente necesario el tener que vivirlo siempre desde ese estado. Exactamente ocurre en una relación de spanker/spankee que cada uno  lo vivirá diferente, sólo expongo cómo lo vivo yo.

En el Bdsm el  intercambio de poder se ve y se entiende diferente, en el sentido que es la parte sumisa quién cede su poder a su Amo, es la parte Dominante quién manda y tiene el poder y la parte sumisa quién lo entrega. Es así siempre y en todo momento.

En cambio en el spanking cómo yo lo vivo, ese poder lo tenemos ambos y cuando digo ''a ver quién puede más''... Me estoy refiriendo a que a veces está en un tejado y a veces en el otro. Aunque los dos sepamos quién es el que va a ganar y sabemos quién es la parte que le va a tocar terminar al final con el culo rojo, y otras veces, morado... Así nos compenetramos y nos nutrimos mutuamente desde ese tira y afloja. Así lo sentimos, así nos relacionamos y así vivimos los azotes.


miércoles, 2 de septiembre de 2020

La pataleta (Relato)




Autora: Cloe

Era sábado y aunque aparentemente tendría que despertarme con gusto y placer porque era día de ocio y de compartir con mi chico, no sé porqué me levanté con el pie torcido y como enfadada aunque no sabía muy bien porqué.

Después de desayunar y holgazanear por casa, mi chico me propuso salir a tomar el aperitivo. No sé si me apetecía ir, pero bueno... le dije que sí.

El camarero vino con una cerveza y una clara para mí, y un pincho.

Y pasados unos minutos...
  • No has probado el plato, no te gusta?
  • mmm no, no me apetece patatas con mahonesa y encima frías!!
  • ¿Has visto servir la mahonesa caliente en algún sitio?
  • No me gusta y punto!
  • Pues empieza por ahí!
  • Bueno... empiezo por donde quiera, no me preguntes y acabamos antes!!
  • Oyeee! esa boca!! - me lo dijo serio y levantó un poco el tono de su voz-
  • Te las puedes comer todas!! Yo no quiero.
  • Eso es lo que voy hacer.
Pedimos otra ronda, y el camarero trajo de aperitivo callos.
  • ¡Mira calientes! jajaja
  • Muy gracioso, sabes que los callos no me gustan!
  • ¿Le digo que nos lo cambie?
  • No, déjalo, tampoco tengo mucha hambre...
Y a los 10 minutos le dije:
  • ¿Tienes un euro suelto?
  • Sí, para que lo quieres?
  • Para comprarme una bolsa de gusanitos.
  • Es casi la hora de comer.
  • Y?
  • Pues que ya nos conocemos...
  • Tú te estás comiendo los aperitivos y yo no te digo nada.
  • Ya, pero yo luego sí me como la comida.
  • Soy mayor y yo decido si compro los gusanitos o no.
Con la misma, me levanté y fui directa a la tienda de al lado, eso sí, me tocó cambiar 20€ para comprar una bolsa de 0,50 céntimos, pero no me importó mucho con tal de salirme con la mía.
Cuando llegué, me advirtió que no los abriera, que me esperase para después de comer.
  • Sí, claro! No tengo otra cosa que hacer, me los he comprado para comérmelos ahora, tú te terminas los callos ricos y calientes y yo me como mis gusanitos.
  • Lo que va a terminar caliente hoy va a ser tu culo, te lo aseguro, llevas todas las papeletas!!!!
Preferí no hacer caso a ese comentario, eso sí, pude notar el rubor en mis mejillas al escucharlo. Aún así los abrí, porque para chula yo, y a parte, me encantó ver su cara y encima me estaba hirviendo su actitud de cascarrabias y gruñón.

Me los comía a pequeños puñados, pero despacio y saboreándolos bien para que me viera disfrutar con ellos. La verdad es que estaban buenísimos!!! Nos habíamos terminado las cervezas y dijo de irnos.
  • Deja los gusanitos ya!
  • ¿Por qué? es mi aperitivo!
  • Porque eso no es comida, además te inflas y luego no comes y sabes que por ahí no voy a pasar.
  • Pues te aguantas, a mí que me cuentas? ¿Te digo yo a ti lo que tienes que comer y lo que no? ehhhh? pues eso!!
Pude percibir que su rostro se iba transformando en cara de poco amigos...

Fuimos andando dirección al coche, estaba en un polígono retirado y aunque había alguna que otra furgoneta aparcada, no nos cruzamos con nadie.

Al entrar en el coche, me volvió a decir que dejara la bolsa.
  • Dejas de comerlos o te los quito!! 
Me lo dijo en un tono amenazante y enfadado. Hizo amago de quitármelos, no le dejé y se cayeron unos pocos en la alfombrilla. Nos miramos y me dijo que los recogiera, y como me estaba cabreando su actitud de mandón, ni corta ni perezosa los pisé!!!!

Se estaba calentando la situación por momentos...! fue a quitármelos y ésta vez siendo más contundente. Mi impotencia al ver que él tenía más fuerza hizo que sin pensármelo saliera mi mano disparada para aterrizar en su cara!! (todavía no sé como pasó)... fue darle y arrepentirme de inmediato. Su mirada daba hasta miedo... No sabía que hacer, me quedé paralizada. 
  • Lo sientooo!!! -sólo salieron esas palabras de mi boca-
Dejó los gusanitos en el coche, salió, dio la vuelta hacia mí, abrió la puerta, me quitó el cinturón de seguridad, me agarró por el brazo, me dio la vuelta, me cogió por la cintura, me subió el vestido, me bajó las bragas y en medio del polígono y entre los coches me dio cinco azotazos con todas sus fuerzas. Se me saltaron las lágrimas y no me hice pis porque no tenía ganas en ese momento sino posiblemente me hubiera meado encima...
  • Sube al coche! y prepárate cuando lleguemos a casa!!
Antes de subirse, cogió los gusanitos y los tiró a una papelera que había al lado. Me entraron ganas de llorar, pero no lo hice, me había quedado sin ellos y el culo me dolía al apoyarlo con el asiento.
Y encima no había acabado aquí la cosa... De mi boca no salía nada, no sabía que decir. Fuimos todo el camino en silencio, la tensión se percibía en el ambiente.

Cuando llegamos a casa me dijo que fuera a la habitación y le esperase allí mirando la pared, le dije que tenía pis y me dijo que fuera al baño y que ya que me tenía que bajar las bragas que no me las subiera... sentí mucha vergüenza cuando me lo dijo, vulnerabilidad, cierto temor y sin querer, excitación...

Le esperé mirando la pared y al poco tiempo le sentí por las pisadas que se acercaba a la habitación.

Se sentó en la cama y me dijo que me acercara, me acerqué despacio, con las bragas bajadas y con el vestido medio cogido... al llegar a su altura me paré. Nos miramos a los ojos y me saltó una de sus charlitas.
  • Llevas todo el día pidiéndome azotes, desde que te has levantado, el numerito que me has montado en el bar... y en el coche, los gusanitos por el suelo pisados y el bofetón... ¿Qué me dices de ello?
  • mmmm que lo siento... -se lo dije cómo pude y con la voz entrecortada-
  • Mas lo va a sentir tu trasero! Créeme!! 
Tiró de mí con su mano y me puso en sus rodillas, y sin más me empezó a sacudir... plassss.... plassss.... plassss.... plassss.... plassss....

Mientras me ponía el culo rojo me dijo que no me pensaba consentir este tipo de pataletas. Y que si volvía a portarme mal en cualquier sitio público no iba a tener reparo en darme un par de azotes delante de la gente.

La azotaina por momentos empezó a subir de intensidad y cada vez me picaba más el culo, empecé a retorcerme sobre sus muslos mientras intentaba respirar con calma porque mi corazón iba a mil...

Paró un momento y me acarició mi trasero magullado, y cuando menos lo esperaba me volvió a dar pero esta vez con algo duro y de madera que me imaginé que era el cepillo... golpes secos y espaciados entre uno y otro.

Cada vez me dolía más y no podía parar de patalear y llorisquear, me faltaba por momentos la respiración se iba y venía, no tenía control sobre ella.

Cuando paró pude recuperar el aliento, y me colocó sobre el borde de la cama, ahí estaba yo, expuesta y con el culo rojo.

Acto seguido se quitó el cinturón y me estuvo dando hasta que grité mientras lloraba sin consuelo... Se tumbó conmigo y me abrazó mientras me acariciaba el trasero que estaba ardiendo como si acabara de salir del horno.
Me estuvo consolando un buen rato, y me preguntó si me encontraba bien y si se me había pasado la pataleta. Le dije que sí a las dos preguntas.

Después de la zurra me quedé tranquila y relajada, y estuve todo el día recibiendo mimos y caricias... estaba en el paraíso!!!
Aunque mi culo quedó marcado como hacia tiempo que no lo hacía, me costó sentarme al principio, y las marcas me duraron unos cuantos días...